,

La dieta pescatariana es un patrón de alimentación basado principalmente en plantas. Se entiende generalmente como ser ovo-lacto-vegetariano, es decir, consumir una variedad de verduras, frutas, cereales, legumbres, frutos secos y semillas, así como huevos y productos lácteos, además de pescado y mariscos.

Pese a ello, a veces surge la duda de si esta dieta posee alguna desventaja. Concretamente, es mejor elegir pescado en lugar de carne o aves de corral, ya que genera menos emisiones de gases de efecto invernadero al llegar a la mesa. Pero mucho depende de cómo se captura el pescado y de cómo se gestionan las pesquerías, ya que algunas especies están sobreexplotadas de manera peligrosa.

Conoce más: Beneficios para la salud de la dieta pescatariana

Otro motivo de preocupación es que casi todos los pescados contienen al menos trazas de metilmercurio, un contaminante que puede dañar el cerebro y el sistema nervioso. Los niveles más elevados se encuentran en peces más grandes y de vida más larga, como el pez espada, el tiburón y el reloj anaranjado, por lo que se recomienda comerlos solo en raras ocasiones, y que las mujeres embarazadas, los lactantes y los niños pequeños los eviten por completo.

Se pueden evitar ambos problemas consumiendo pescados pequeños, como las anchoas y las sardinas. Asimismo, los mariscos como las vieiras, las ostras y los mejillones, tienen un impacto ambiental mucho menor que los peces grandes. También son muy sabrosos y existen muchas menos probabilidades de tener mercurio y otros contaminantes.

Por ello, cuando compres pescado, busca aquellos producidos de manera sustentable y elige tiendas que sean transparentes respecto del origen de su pescado.

 

Fuente: Harvard Medical School