La fibra es uno de los nutrientes más importantes dentro de una dieta saludable. Sin embargo, en algunas ocasiones se recomienda llevar una dieta baja en este nutriente, debido a la aparición de algunas enfermedades que requieren la disminución del volumen de las deposiciones.

Un médico puede recomendar seguir temporalmente una dieta baja en fibra cuando se tiene:

  • Síndrome del intestino irritable.
  • Diverticulitis.
  • Enfermedad de Crohn.
  • Colitis ulcerosa.

En ocasiones, las personas también adoptan esta dieta después de ciertos tipos de cirugía intestinal, como una ileostomía o colostomía. Cuando una persona padece una constricción u obstrucción intestinal, es posible que tenga que reducir su ingesta de fibra a largo plazo.

Independientemente de ello, es importante preguntar a un especialista antes de modificar la dieta y reducir la ingesta de fibra.

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¿Qué se puede comer y beber?

Una dieta baja en fibra puede incluir vegetales cocidos, frutas, pan blanco y carnes. No incluye alimentos que tienen alto contenido de fibra o difíciles de digerir como:

  • Frijol y legumbres.
  • Granos enteros.
  • Vegetales crudos, frutas y sus jugos.
  • Vegetales y frutas con cáscara.
  • Nueces y semillas.
  • Los nervios en la carne.

A decir de especialistas, las personas que siguen este tipo de dieta no deben comer más de cierto número de gramos de fibra al día, como de 10 a 15 gramos.

Considera que es posible cubrir las necesidades de tu cuerpo en términos de calorías totales, grasa, proteína, carbohidratos y líquidos. Pese a ello, podrías necesitar suplementos, debido a la cantidad de alimentos que se restringen en esta dieta. Consulta a tu médico.

 

Fuente: Mayo Clinic