De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, los riñones son el órgano encargado de equilibrar la cantidad de sodio que hay en el cuerpo. Cuando el sodio es bajo, los riñones lo retienen. Cuando el sodio es alto, los riñones liberan una parte en la orina.

Si los riñones no pueden eliminar suficiente sodio, éste se acumula en la sangre. En estos casos, el corazón debe esforzarse más para bombear la sangre, lo que aumenta la presión en las arterias. Con el tiempo, existe un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales.

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¿Cómo saber si tu cuerpo no está eliminando el sodio?

Algunas personas son más sensibles a los efectos del sodio que otras. Esto significa que retienen el sodio con mayor facilidad, lo que provoca una retención de líquidos y un aumento de la presión arterial.

Toma en cuenta las siguientes recomendaciones.

  1. Consume más alimentos frescos. Casi todas las frutas, verduras y carnes frescas tienen un contenido reducido de sodio. 
  2. Elige productos con bajo contenido de sodio. Si compras alimentos procesados, elige los que tengan una etiqueta que diga «bajo contenido de sodio». 
  3. Cada vez que sea posible, elimina la sal de las recetas. Busca libros de cocina que hagan énfasis en reducir el riesgo de hipertensión arterial y enfermedad cardíaca.
  4. Reemplaza la sal con hierbas, especias y otros saborizantes. Para darles un toque de sabor a tus comidas, utiliza hierbas, especias y jugo de frutas cítricas.
  5. Modera el consumo de condimentos. La salsa de soja, los aderezos para ensalada y los condimentos son todos saborizantes que contienen sodio.

Si no estás seguro de cuánto sodio debe incluir tu dieta, habla con tu médico o especialista en nutrición. Por lo pronto, considera que la mayor parte del sodio proviene de alimentos procesados o preparados. 

 

Fuente: Mayo Clinic