Numerosas ciudades del mundo que realizan monitoreo de la calidad del aire exterior, no alcanzan los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud para tener niveles seguros. Así lo dio a conocer la OMS este 7 de mayo.
Este problema supone un peligro para las personas, pues pueden contraer, entre otros padecimientos, enfermedades en las vías respiratorias.
De acuerdo con los datos de esta Organización, es fundamental crear una mayor conciencia sobre los riesgos de salud que tiene la contaminación del aire, implementar políticas efectivas que permitan combatirla y monitorear estrechamente la situación en cada metrópoli.
La doctora Flavia Bustreo, subdirectora general de la OMS de Salud de la Familia, de la Mujer y del Niño, apuntó que en la actualidad muchos centros urbanos están envueltos en un aire tan sucio que sus contornos en el horizonte son invisibles.
“No es sorprendente que este aire sea peligroso de respirar. Por ello, un número creciente de ciudades y comunidades alrededor del mundo se esfuerzan para satisfacer mejor las necesidades de sus residentes, en particular de los niños y los adultos mayores”, señaló.
En abril de 2014, la OMS dio información que sugiere que la contaminación del aire fue la responsable de la muerte más de 3 millones de personas, aproximadamente, menores de 60 años durante 2012. Asimismo, subraya que la contaminación interior y exterior del aire combinadas es uno de los mayores riesgos para la salud en el mundo.
Aunque existen muchos componentes sólidos y gaseosos en la contaminación del aire, especialmente las altas concentraciones de partículas pequeñas y finas se asocian con los altos números de muerte por ataque al corazón, derrame cerebral, enfermedades respiratorias y cánceres.
“Podemos ganar la lucha en contra de la contaminación del aire y reducir el número de personas que sufren de enfermedades respiratorias o del corazón, así como de cáncer de pulmón”, dijo la doctora Maria Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS.
“Las políticas y estrategias efectivas son bien entendidas, pero se necesitan implementar en una escala suficiente. Ciudades como Copenhague y Bogotá, por ejemplo, han mejorado la calidad del aire al promover ‘el transporte activo’ y priorizando las redes dedicadas al transporte público, a peatones y ciclistas”.
En la actualidad, la base de datos de la OMS incluye mil 600 ciudades en 91 países, es decir, 500 ciudades más que en 2011. A decir del organismo internacional, esto significa que más urbes están monitoreando la calidad de su aire, reconociendo que esta contaminación es un riesgo de salud.
De la gente que habita en ciudades que monitorean su aire, sólo el 12 por ciento vive en lugares que cumplen con los lineamientos de la OMS en la materia. Aproximadamente la mitad de esta población urbana está expuesta a una contaminación del aire que es al menos 2.5 veces más alta de lo que se recomienda, lo que pone a estas personas en riesgo de desarrollar problemas de salud a largo plazo.
Vía: OMS