Usualmente, los padres piensan que cuando sus hijos cumplen alrededor de 13 años, es el momento adecuado para hablar de sexualidad. Sin embargo, resulta que al nacer, incluso desde antes, el menor posee información genética que se confirmará o transformará según sus experiencias a lo largo de la infancia y pre adolescencia.

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Cuando llega la adolescencia, los jóvenes se ven afectados por sentimientos extremos acerca de su sexualidad. No obstante, debido a su falta de experiencia, muchas de las cosas que experimentan serán incomprendidas.

También están expuestos a ver películas, telenovelas u otros materiales audiovisuales donde parejas del mismo género tienen un contacto amoroso. Ante estas imágenes, se preguntarán qué ocurre y por qué esta situación es distinta.

Hablar sobre sexualidad con los adolescentes

Para poder conversar con tus hijos sobre identidad sexual, se requiere manejar los conceptos que incorporan este tema. Los términos como identidad, heterosexualidad, homosexualidad y bisexualidad, deben ser conocidos por los padres.

Si bien muchas personas utilizan otras palabras para referirse a la orientación sexual, estos son los conceptos correctos con que debes hablarles a tus hijos sobre la sexualidad de las personas.

También es de suma importancia que en estas conversaciones no realices juicios a las demás personas por su distinta condición sexual. Los menores repiten las conductas de sus padres y, si detectan un comportamiento despectivo de los adultos hacia los demás, no asimilarán la tolerancia y el respeto por los otros.

Si los adolescentes escuchan a sus padres hablando sobre temas de sexualidad, no deben detenerse ni avergonzarse. Es relevante no ocultarles que hay personas, que incluso pueden ser de la familia o amigos cercanos, que tienen una orientación sexual distinta.

La aceptación de la familia

Como mencionamos, la tolerancia es un aspecto fundamental en materia de sexualidad. Así lo confirma una investigación publicada por la revista especializada “Pediatrics”, que afirma que el rechazo de la familia que sufren los adolescentes homosexuales provoca daños en su salud. Por ejemplo, esta situación puede derivar en depresión, uso de drogas ilegales, infecciones venéreas e intentos de suicidio.

Por ende, los padres deben tratar a sus hijos de la misma manera que lo hacían antes saber que son homosexuales. Estos adolescentes continúan siendo las mismas personas de siempre, a las cuales aman y protegen.