La duración típica de una rutina o clase grupal de yoga es de 60, 75 o 90 minutos. El maestro o maestra te guiarán a través de la respiración y el movimiento de tu cuerpo cuando realices las posturas. Algunos maestros incluso pueden hacer una demostración de las poses, aunque las clases más grandes tienden a depender de las señales verbales.

Las clases de yoga terminan con varios minutos de estar acostados boca arriba con los ojos cerrados en una pose llamada Savasana. Es un momento para dejar que tu cuerpo y tu respiración se relajen por completo. Savasana es una oportunidad para sentir los efectos físicos de la práctica integrados en tu cuerpo.

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Después de Savasana, la maestra o maestro dicen la palabra «namaste» y los estudiantes repiten. Namaste es una palabra de agradecimiento, por lo que decirla representa un gesto de agradecimiento tanto para el profesor como para los alumnos por venir a practicar.

Siempre siéntete libre de hablar con tu maestra o maestro después de la clase si tienes preguntas específicas sobre ciertas poses y cómo puedes hacerlas más accesibles para tu cuerpo.

No olvides que la repetición y la constancia son las claves para seguir adelante. Una vez que hayas encontrado un estilo, un maestro y una ubicación que funcione para ti, tendrás la motivación necesaria para seguir volviendo a tu clase.

 

Fuente: Healthline