Los deportes y la actividad física en general brindan muchos beneficios, desde mejorar la salud física y mental hasta aliviar el estrés y ayudar a controlar el peso. Sin embargo, también pueden ponerte en riesgo de sufrir lesiones si no tienes cuidado.

Lesiones deportivas más comunes

“La causa más común de lesiones deportivas es un mal entrenamiento”, advierte el doctor Joseph Bellapianta, especialista en ortopedia y medicina deportiva en el Mountainside Medical Center (Estados Unidos). Otras causas principales incluyen anomalías estructurales, debilidad muscular y entornos de ejercicio inseguros.

Los tipos más comunes de lesiones deportivas que atienden los médicos como Bellapianta incluyen:

  • Desgarros del ligamento cruzado anterior [LCA] (lesión de rodilla)
  • Síndrome compartimental (presión muscular peligrosa causada por ejercicio repetitivo intenso)
  • Fracturas
  • Agotamiento por calor
  • Calambres musculares
  • Espinillas, esguinces y distensiones
  • Fracturas por estrés
  • Tendones y ligamentos rotos
  • Desgarros del manguito rotador (músculos y tendones que rodean la articulación del hombro)
  • Lágrimas del labrum (anillo de cartílago que estabiliza toda la parte femoral en la cadera)
  • Reemplazos de cadera
  • Reemplazos de rodilla
  • Procedimientos de restauración del cartílago

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¿Qué hacer para evitar lesiones deportivas?

Antes de embarcarte en un nuevo tipo de ejercicio, deporte o actividad física, y para evitar cualquier lesión, el doctor Bellapianta recomienda llevar a cabo lo siguiente:

  • Consulta a un médico que se especialice en medicina deportiva o a tu médico de atención primaria para una evaluación. Pueden evaluarte en busca de anomalías estructurales preexistentes que puedan predisponerte a sufrir lesiones, y aconsejarte sobre las formas de minimizar el riesgo.
  • Haz que el estiramiento y el calentamiento sean parte de tu rutina diaria de ejercicios para ayudar a prevenir lesiones. La acción de estirar y calentar prepara a tu cuerpo para el ejercicio que estás a punto de realizar. Los ejercicios de calentamiento que elijas deben imitar el ejercicio que estás a punto de realizar, pero con una intensidad más baja.
  • Escucha a tu cuerpo. El dolor muscular es un signo de aumento de la fuerza, pero el dolor y las molestias son muy diferentes. El dolor es un indicador de que debes dejar de hacer la actividad en cuestión antes de que cause o empeore una lesión.
  • Coloca hielo en una nueva lesión o en los músculos adoloridos después de hacer ejercicio para reducir la inflamación.
  • Hidrátate, especialmente si el clima es cálido o caluroso. Siempre hazlo con agua, con una bebida deportiva o con jugo natural de frutas antes, durante y después del ejercicio.
  • Empieza lentamente, sobre todo si se trata de una actividad que nunca antes habías realizado o que no has realizado durante mucho tiempo. Empieza con pequeños incrementos y no lo hagas todos los días. Permite que tu cuerpo se recupere tomándose un día libre entre los días de ejercicio.

RECUERDA: Si a pesar de tomar las precauciones sufres una lesión, consulta a tu médico o especialista en medicina deportiva, para asegurarte de recibir el tratamiento adecuado que te permitirá recuperarte y volver a tu deporte lo antes posible.

 

Fuente: Hackensack Meridian Health