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Es común que las mujeres que se sometieron a una cirugía de cáncer de mama experimenten dolor de brazo y hombro. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista BMJ encontró que ​​comenzar un programa de ejercicio supervisado poco después del procedimiento puede ayudar, en gran medida, a aliviar dicho dolor.

Según los autores, el movimiento restringido del hombro y el dolor crónico o la hinchazón en el área de la axila realmente pueden afectar la recuperación y la calidad de vida de una paciente.

Sin embargo, «encontramos evidencia sólida de que el ejercicio temprano, estructurado y progresivo es seguro y clínicamente efectivo para las mujeres con mayor riesgo de desarrollar problemas en el hombro y las extremidades superiores después de una cirugía mamaria no reconstructiva», señaló Julie Bruce, profesora en la Unidad de Ensayos Clínicos de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, y líder de la investigación.

Para el nuevo trabajo, el equipo de Bruce dio seguimiento a casi 400 mujeres británicas con una edad promedio de 58 años, quienes se sometieron a una cirugía de cáncer de mama no reconstructiva.

La mitad de ellas recibió la atención habitual, simplemente se les entregaron folletos informativos, mientras que la otra mitad recibió la atención habitual junto con un programa de ejercicio estructurado dirigido por fisioterapeutas. La rutina incluyó estiramiento, fortalecimiento, actividad física y cambios de comportamiento.

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El programa comenzó de siete a diez días posteriores a la cirugía, con dos citas adicionales uno y tres meses después, mencionaron los investigadores.

Tras un año de haberse concretado la cirugía, las mujeres del grupo de ejercicio dijeron tener un dolor menos intenso, así como una menor discapacidad del brazo y una mejor calidad de vida relacionada con la salud que las del grupo de atención habitual.

No se observaron diferencias en el dolor nervioso, las complicaciones relacionadas con las heridas, las infecciones del sitio quirúrgico, la hinchazón u otras complicaciones, reveló el estudio.

«El ejercicio es una medida de rehabilitación válida, así como una herramienta segura y eficaz para capacitar a los pacientes con cáncer para que prosperen en su recuperación», destacó el doctor Paul Baron, jefe de cirugía de mama en el Hospital Lenox Hill, en Nueva York, quien opinó sobre el estudio.

Sumado a lo anterior, el programa de ejercicios fue rentable, pues de acuerdo con los investigadores, terminó costando un promedio de 173 dólares estadounidenses por paciente, y esto fue más que compensado por un ahorro promedio de 518 dólares estadounidenses por paciente en el grupo de ejercicio, específicamente cuando los investigadores consideraron todos los costos tanto de atención médica como de servicios sociales personales.

El equipo de Bruce también sugirió que su programa de ejercicios «es adecuado para una implementación más amplia en la práctica clínica».

 

Fuente: Health Day News