saneamiento-agua-iEl agua contaminada y las malas condiciones de saneamiento están relacionadas con la transmisión de diversas enfermedades. Es el caso del cólera, la diarrea, la disentería, la hepatitis A y la fiebre tifoidea.

Por ello, de acuerdo con la OMS y la UNICEF, aunque se han tenido avances, es necesario establecer acciones que permitan que más personas tengan acceso a este tipo de servicios básicos.

Según el informe Progress on drinking water and sanitation: 2014 update de estas organizaciones internacionales, mil 600 millones de personas tienen agua corriente en el lugar en el que viven.

A pesar de que las ciudades –donde habita más de la mitad de la población mundial– tienen una mayor cantidad de servicios mejorados de abastecimiento de agua y saneamiento con respecto a las zonas rurales, estas diferencias se están reduciendo.

Así, por ejemplo, en materia acceso a servicios de saneamiento mejorados, en 1990, más de un 76 por ciento de los pobladores de las áreas urbanas contaban con estos servicios, contra un 28 por ciento de los que residían en las rurales. Para 2012, estás cifras se modificaron para lograr 80 y 47 por ciento, respectivamente.

De igual forma, en 1990, quienes podían bebe agua de fuentes mejoradas en las ciudades alcanzaban un 95 por ciento frente un 62 en las zonas rurales. En 2012, estos números se elevaron al 96 y 82, respectivamente.

No obstante, a pesar de estos significativos logros, aún existen grandes diferencias relacionadas a factores geográficos, socioculturales y económicos.

“La gran mayoría de las personas sin acceso a servicios mejorados de saneamiento son las más pobres de los medios rurales”, señaló la doctora María Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud.

“En las zonas rurales en que el saneamiento ha mejorado, los principales beneficiados han sido los más ricos, lo cual ha hecho que se acentúen las desigualdades”.

De esta manera, el reto actual consiste en adoptar acciones concretas que aceleren el acceso de los grupos desfavorecidos a estos servicios básicos. Para ello, es necesario determinar de una mejor forma quién, en qué casos y de qué forma cuenta con ellos y, así, centrarse en quienes no lo tienen.

Además, debe considerarse que la gente que vive en asentamientos informales o a las afueras de las ciudades, tienen menos oportunidades de conseguir dicho acceso.

A decir de Sanjay Wijesekera, jefe de agua, saneamiento e higiene de la UNICEF, el acercamiento a estos servicios debe ser más justo y equitativo si se quiere que los niños crezcan más sanos y estén mejor educados.

“Cuando no proporcionamos acceso en condiciones de igualdad a mejores fuentes de abastecimiento de agua y servicios de saneamiento, estamos fallando a los niños más pobres y más vulnerables y a sus familias”, puntualizó.

Vía: OMS