¿Sabías que un gen específico hace que ciertos compuestos en los alimentos tengan un sabor amargo, lo que puede dificultar que algunas personas añadan vegetales saludables a su dieta? Pues así lo reveló una investigación preliminar que se presentó durante las Sesiones Científicas 2019 de la Asociación Americana del Corazón, que tuvo lugar en Filadelfia (Estados Unidos).

«Tu genética afecta la forma en la que percibes el sabor, y este es un factor importante en la elección de tus alimentos», destacó la doctora Jennifer L. Smith, autora del estudio y becaria posdoctoral en ciencias cardiovasculares en la Facultad de Medicina de la Universidad de Kentucky. «Los médicos deben considerar el sabor de las cosas si realmente desean que sus pacientes sigas las pautas de nutrición».

Todos heredan dos copias de un gen del sabor llamado TAS2R38. Las personas que heredan dos copias de la variante llamada AVI no son sensibles al sabor amargo de ciertos químicos. Aquellos con una copia de AVI y otra llamada PAV perciben los sabores amargos de estos químicos, pero las personas con dos copias de PAV, generalmente llamadas «supercatadores», encuentran los mismos alimentos excepcionalmente amargos.

«Estamos hablando de un nivel amargo que arruinó el día de los participantes cuando probaron el compuesto de prueba. Quizás estas personas encuentren al brócoli, las coles de Bruselas y el repollo desagradablemente amargos; y también pueden reaccionar negativamente al chocolate negro, el café y, a veces, a la cerveza», agregó Smith.

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Los investigadores analizaron cuestionarios de frecuencia alimentaria de 175 personas (edad promedio de 52 años y más del 70% de ellas mujeres), y descubrieron que las personas con la forma PAV del gen tenían más de dos veces y media más probabilidades de clasificarse en el número inferior de los participantes que comieron menos vegetales. El estado de sabor amargo no influyó en la cantidad de sal, grasa o azúcar que comieron estas personas.

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La experta probó si estas personas podrían ingerir más azúcar y sal para potenciar el sabor, pues creyó que así compensarían el sabor amargo de otros alimentos, pero ese no fue el caso.

Así que lo ideal sería consumir otro alimentos con propiedades nutritivas similares a las que les producen el sabor amargo y desagradable, así como el uso de algunos suplementos, todo esto bajo la supervisión de un médico y un especialista en nutrición.

Smith dijo que en el futuro espera poder utilizar esta información genética para determinar qué vegetales podrían ser más aceptables para los «supercatadores», a fin de descubrir qué especias son atractivas para esta población altamente sensible al sabor y facilitarles el consumo de más verduras.

Si perteneces a este grupo de personas, coméntaselo a tu médico y nutriólogo para que elaboren un plan de alimentación que cubra tus necesidades y no te cause incomodidades con el sabor.

 

Vía: Science Daily