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Si las bebidas alcohólicas son dañinas para los adultos —cuando se consumen en exceso—, para los jóvenes representan un gran riesgo, debido a que están en un proceso intenso de desarrollo y crecimiento, que facilita que cualquier sustancia tenga un impacto importante sobre su cuerpo.

Es importante entender que el consumo de bebidas alcohólicas tiene una fuerte acción sobre el cerebro. Actúa directamente sobre él y sus efectos son a corto, mediano y largo plazo. Aunque se conocen los riesgos, el consumo de bebidas alcohólicas se ha convertido en una conducta muy extendida. La razón es simple: está disponible con gran facilidad y se promueve su consumo en la mayoría de los grupos sociales.

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¿Cómo puedes ayudar a tus hijos?

De acuerdo con especialistas, la clave está en la educación y la prevención. El consumo de bebidas alcohólicas tiene que ocurrir bajo el paraguas de una decisión basada en información certera y a una edad donde su impacto sea bien manejado. Si tienes jóvenes en casa, sigue estas recomendaciones.

  1. Mantén buena comunicación con tus hijos. Evita los sermones, lo más importante es comprender sus motivos y buscar ayuda terapéutica en caso necesario.
  2. Infórmate sobre los riesgos del alcohol. Sus efectos varían en cada persona por distintos motivos, como pueden ser: la frecuencia y cantidad, la velocidad del consumo, la edad, el estado de salud o el consumo de otras sustancias.
  3. Identifica los patrones familiares. Existe una predisposición familiar a desarrollar adicciones, como el alcoholismo. Esta variable explica por qué algunos desarrollan conductas patológicas y otras no.

Si tienes dudas o necesitas ayuda, acércate a un especialista en salud mental.

 

Vía: Hola Doctor