Aunque los horarios de comida varían según la persona, los expertos recomiendan esperar de dos a tres horas entre la última comida y la hora de acostarse, lo que permite que el cuerpo digiera adecuadamente y se prepare para una noche de sueño óptima.
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Estos son algunos de los beneficios que podrías experimentar al comer antes de acostarte:
- Previene el hambre de medianoche: Un pequeño refrigerio rico en proteínas antes de acostarte puede ayudar a controlar el hambre y evitar que despiertes a mitad de la noche.
- Favorece la recuperación muscular: Un refrigerio ligero con proteínas puede favorecer la reparación y el crecimiento muscular durante la noche, sobre todo para quienes hacen ejercicio en horario nocturno.
- Puede ayudar a estabilizar los niveles de azúcar en sangre: Algunas personas, en particular aquellas con desequilibrios de azúcar sanguínea, pueden beneficiarse de un pequeño refrigerio con proteínas y fibra para prevenir los descensos de glucosa.
- Puede favorecer la relajación: Ciertos alimentos, como aquellos ricos en triptófano o magnesio, pueden promover la producción de la hormona melatonina y del neurotransmisor serotonina, lo que puede ayudar a mejorar la relajación y la calidad del sueño. El kiwi y el jugo de cereza ácida también son conocidos por favorecer el sueño.
Fuente: Very Well Health







