Consumir mucha azúcar y alimentos procesados ​​puede incrementar el riesgo de padecer enfermedad tiroidea. Dichos alimentos también pueden alterar la producción de hormona tiroidea, lo que hace más difÃcil el manejo de afecciones como el hipotiroidismo y el hipertiroidismo.
Los azúcares refinados y los alimentos ultraprocesados ​​pueden alterar el equilibrio de bacterias y hongos en el intestino, conocido como microbioma intestinal, lo que provoca inflamación y daño en los tejidos.
Este cambio aumenta la permeabilidad intestinal, permitiendo la entrada de toxinas al organismo. El sistema inmunitario puede reaccionar de forma exagerada a estas toxinas, desencadenando una respuesta autoinmune. Las investigaciones indican que esto puede ser crucial en el desarrollo de la enfermedad de Graves y la tiroiditis de Hashimoto.
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Cabe destacar que la diabetes y la enfermedad tiroidea están estrechamente relacionadas. La insulina, que controla el azúcar en sangre, puede alterar los niveles de hormona tiroidea, y las hormonas tiroideas pueden afectar a la insulina. Hasta el 31% de las personas con diabetes tipo 2 pueden padecer hipotiroidismo. Asimismo, tener un control deficiente de la glucemia puede agravar la enfermedad tiroidea.
Finalmente, el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, que suelen contener azúcares añadidos, almidones y grasas hidrogenadas, puede tener efectos similares.
Fuente: Very Well Health