El desayuno es la primera comida del día y jugar un papel clave en mantener niveles de energía, concentración y bienestar general. Saltarlo puede provocar cansancio, irritabilidad y antojos poco saludables a lo largo de la mañana.

1. Planifica opciones rápidas y nutritivas

Tener preparadas alternativas como frutas, yogur, avena o huevos cocidos facilita que no se omita el desayuno incluso en días ocupados. Preparar porciones la noche anterior puede ahorrar tiempo y garantizar un inicio de día nutritivo.

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2. Combina carbohidratos, proteínas y grasas saludables

Un desayuno equilibrado debe incluir fuentes de energía de liberación lenta y proteínas que mantengan la saciedad. Por ejemplo, avena con nueces y fruta o pan integral con huevo y aguacate.

3. Establece un horario fijo

Comer a la misma hora cada día ayuda a entrenar al cuerpo para esperar alimentos y mantener niveles estables de glucosa, reduciendo la sensación de hambre extrema antes de la comida principal.

4. Evita exceso de azúcares refinados

Optar por desayunos naturales en lugar de bollería industrial o cereales azucarados previene picos y caídas de energía que afectan la concentración y el rendimiento.

Mantener el desayuno como un hábito diario mejora la energía, la concentración y el bienestar general, sentando las bases para un día saludable.

 

Fuente: Mayo Clinic