Si tienes hijos pequeños que van al kinder, seguramente te ha pasado muchas veces que desean dormir en tu cama de adulto y no en su cuarto. Y aunque seguramente no tendrás ningún problema al principio, a veces querrás tener algo de privacidad y no ser despertado(a) por tu pequeño que se movió y pateó toda la noche.
Antes de hacer cualquier cosa, asegúrate de comprender por qué tu hijo(a) quiere dormir contigo. Lo más probable es que sea simplemente porque te ama y se siente más seguro(a) acurrucado(a) a tu lado, pero antes de trabajar para cambiar el hábito, asegúrate de que tu niño esté listo para el cambio y pueda manejarlo. Si tu hijo(a) ha estado más dependiente o irritable de lo habitual, o tiene algún tipo de comportamiento difícil, comunícate con su médico.
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Cambiar el lugar donde duerme tu niño(a) es cambiar un hábito. Cuando se trata de cambiar hábitos, ayuda ser práctico y, sobre todo, constante. A continuación te dejamos algunos consejos para lograrlo:
- Crea un espacio de sueño atractivo para tu hijo(a).
- Al crear el espacio, toma en cuenta lo que mantiene despierto a tu niño(a). Si hay luz, usa cortinas que oscurezcan la habitación. Si hay oscuridad, piensa en luces de noche y linternas.
- Establece una hora para dormir constante. Intenta no dejar que tu hijo(a) se quede despierto(a) hasta tarde (o que duerma hasta tarde) los fines de semana.
- Tengan una rutina para la hora de dormir consistente, relajante y enriquecedora. Intenta reducir el nivel de energía, tal vez con un baño y luego acurrucándose un poco y leyéndole cuentos.
- Si a tu hijo(a) le cuesta irse a la cama solo(a), está bien sentarse en la habitación y salir de a poco después de que se apaguen las luces (literalmente, puedes acercarte cada vez más a la puerta).
- Si tu niño(a) se levanta de su cama, llévalo(a) de vuelta a ella. Esta es la parte difícil: a tu hijo(a) no le gustará y puede ser agotador para ti si sigue saliendo de su cama y entrando en la tuya.
- Usa incentivos. Asegúrate de que tu hijo(a) reciba un gran reconocimiento por cualquier progreso, y de que tal vez gane algo extra por quedarse en su propia cama toda la noche.
Fuente: Harvard Medical School