La congelación es un daño en la piel y los tejidos causado por la exposición a temperaturas gélidas, generalmente cualquier temperatura por debajo de -0.55 °C.

La congelación puede afectar cualquier parte del cuerpo, pero las extremidades, como las manos, los pies, las orejas, la nariz y los labios, son las más propensas a verse afectadas.

Los síntomas de la congelación suelen comenzar con una sensación de frío y dolor en las partes afectadas.

Si la exposición al frío continúa, puedes sentir hormigueo antes de que la zona se entumezca y conforme los tejidos se congelan.

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Cuándo buscar atención médica

Si crees que tú u otra persona puede sufrir congelación, llama a tu médico para recibir asesoría.

Si los síntomas son más graves o existen signos de hipotermia, como temblores constantes o respiración rápida (hiperventilación), acude inmediatamente al servicio de urgencias más cercano.

Un médico examinará la zona afectada, controlará tus signos vitales y te preguntará cómo se produjo la congelación.

Es posible que requieras una cita de seguimiento o una derivación a un especialista, ya que la extensión total de una lesión por congelación no suele ser evidente hasta unos días después.

 

Fuente: NHS