A partir de los 6 años aumenta la actividad de los niños, así como su apetito. No es fácil controlar lo que los niños comen fuera de casa, pero si se puede controlar los alimentos que se tienen en casa. Reducir la compra de dulces y refrescos hará que el niño no los perciba como parte habitual de su dieta.

Algunos consejos son:

  1. Comienza una etapa de posibles cambios en los hábitos alimentarios. Es importante la educación en la infancia para evitar vicios que después serán muy difíciles de corregir.
  2. El niño debe ser incorporado paulatinamente a los hábitos de alimentación de la familia.
  3. Hay que hacer hincapié en que el niño coma verduras, legumbres, pescado, fruta y leche, y que disminuya el consumo de dulces, pasteles y galletas (hidratos de carbono).
  4. Se debe insistir en que pruebe todo tipo de platos, haciéndole intervenir en la elaboración de las comidas y tratando de evitar las comidas precocinadas y el consumo excesivo de salchichas, huevos, papas fritas, pasta y carne.
  5. Debes asegurarte de que las dietas cubran las necesidades de crecimiento de tu hijo.
  6. Es aconsejable hacer cuatro comidas diarias, distanciadas lo más posible (desayuno, comida, colación y cena).
  7. Un desayuno abundante cubre las necesidades energéticas para su actividad y rendimiento escolares. Además, a esta edad se deben empezar a fomentar hábitos de ejercicio físico.
  8. Utilizar alimentos como premio o castigo NO ES EFICAZ, pues más bien impide el aprendizaje de buenos hábitos alimentarios.
  9. La leche y yogurt se pueden consumir descremados.

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Vía: Nutrición y salud, claves para un alimentación sana. Alimentación hasta la adolescencia. Página 122 y 123. 2009