Si te duele el ojo, sientes que hay algo atascado en él o tienes lagrimeo o enrojecimiento, es posible que hayas sufrido un rasguño en el ojo.

Si cree que ese es el caso, la Academia Americana de Oftalmología sugiere:

  1. Consulta a un oftalmólogo sin demora.
  2. Enjuaga tu ojo con solución salina o agua limpia utilizando una lente ocular o un vaso pequeño y limpio. El fluido puede ayudar a remover cualquier objeto extraño.
  3. Parpadea repetidamente para eliminar pequeñas partículas de polvo o arena.
  4. Tira del párpado superior y llévalo hacia abajo hasta que cubra el párpado inferior.
  5. Usa gafas de sol.
  6. No te frotes el ojo ni lo toques con ningún objeto.
  7. No uses lentes de contacto, pues podrías retrasar el proceso de curación y, en consecuencia, desencadenar complicaciones.

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Algunos rasguños se conocen como abrasiones corneales. Una abrasión corneal es un rasguño o una raspadura en la córnea, la pequeña cúpula transparente que cubre el iris y la pupila del ojo. Al ayudar a enfocar la luz cuando entra al ojo, la córnea desempeña un papel importante en la visión. Cuando una abrasión de la córnea produce una cicatriz se puede afectar seriamente la vista. Otros síntomas de abrasión corneal pueden incluir visión borrosa, sensibilidad a la luz y dolor de cabeza.

Las mayorías de estos rasguños oculares son lesiones menores y sanan por sí solas en unos pocos días. Tu oftalmólogo puede tratar una abrasión corneal con gotas o ungüentos antibióticos o utilizar gotas con esteroides para reducir la inflamación y disminuir la probabilidad de que se desarrolle una cicatriz.

 

Vía: Health Day News / American Academy of Ophthalmology