¿No te gusta usar anteojos? Entonces las lentes de contacto pueden ser tu mejor opción.
Por ello, la Asociación Americana de Optometría te ofrece las siguientes sugerencias de seguridad para las personas que usan lentes de contacto:
- Lava y seca bien tus manos antes de manipular tus lentes de contacto.
- Limpia con cuidado y regularmente los lentes, y hazlo según las indicaciones de tu oftalmólogo. Frota las lentes con los dedos y enjuágalos a fondo antes de sumergirlos durante la noche en una solución multiuso.
- Guarda las lentes en una caja de almacenamiento adecuada y reemplázala cada tres meses. Limpia la caja después de cada uso y mantenla abierta y seca entre cada limpieza.
- Usa sólo productos recomendados por tu oftalmólogo para desinfectar tus lentes. Recuerda que la solución salina y las gotas de rehumectación no desinfectan este tipo de lentes.
- Utiliza únicamente una solución nueva para limpiar y almacenar tus lentes de contacto. Nunca reutilices la solución anterior. Cambia la solución de acuerdo con las recomendaciones del fabricante, incluso si no usas las lentes a diario.
- Siempre sigue el programa de reemplazo de lentes recomendado por tu oftalmólogo.
- Retira los lentes de contacto antes de usar una tina de hidromasaje.
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Hoy en día, millones de personas utilizan lentes de contacto porque, además de ofrecer flexibilidad, comodidad y una imagen “libre de anteojos”, ayudan a corregir diversos trastornos de la vista, entre ellos la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo y la presbicia o vista cansada para leer.
Sin embargo, estos lentes también plantean riesgos potenciales, pues al usarse directamente en los ojos pueden ocasionar infecciones oculares graves y úlceras corneales (o supuraciones) si no se toman las medidas adecuadas y los utilizas como es debido. Cabe agregar que, en raras ocasiones, tales padecimientos pueden derivar en ceguera.
Por ello, sigue estos consejos y ¡cuida tus ojos!
Vía: Health Day News / FDA
