Los niños pequeños siempre se hacen notar por ser quisquillosos al comer, pero tú como papá o mamá no debes batallar con ellos en cada comida.

Para lograrlo, la Clínica Mayo sugiere:

  1. No obligues a tu hijo a comer si no tiene hambre. Ofrécele porciones pequeñas, y deja que tu pequeño pida más. Ofrécele comida a la misma hora cada día para establecer una rutina.
  2. Debes darle alimentos nuevos frecuentemente y repetidamente. Célebrale el que haya intentado probar algo nuevo.
  3. Preséntale su comida en formas o colores divertidos. Agrega más verduras y frutas a su plato.
  4. Deja que tu niño te ayude a hacer la compra en el mercado o súper.
  5. No permitas que tu hijo vea televisión o use teléfonos inteligentes durante las comidas, así le ayudarás a centrarse únicamente en comer.
  6. No le ofrezcas postre como recompensa una vez que haya comido. Y no ofrezcas hacer algo diferente para cada miembro de la familia.
  7. Establece un buen ejemplo comiendo tú mismo una gran variedad de alimentos.

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Además de la comida, recuerda que también cuentan las bebidas. Evita darle a tus hijos refrescos con gas y otras bebidas edulcoradas, ya que suman calorías y se interponen en el camino de la alimentación saludable. Si le das este tipo de bebidas a tu niño puedes, incluso, quitarle el apetito.

Recuerda que el agua y la leche son las mejores bebidas para los pequeños. El jugo está bien cuando es al 100%, aunque los niños no necesitan beber mucho jugo. Con 115 a 170 ml diarios basta para un menor en edad preescolar.

 

Vía: Health Day News / Kids Health