Un hogar suele ser sinónimo de tranquilidad y bienestar, ya que se trata del lugar más seguro que podría tener una familia. No obstante, el propio hogar puede convertirse en un foco de problemas de salud por culpa de unos enemigos casi imperceptibles: los gérmenes.

El término ‘germen’ se utiliza para referirse a bacterias, virus, hongos y protozoos microscópicos que pueden provocar enfermedades, y muchos de ellos pueden encontrarse en el hogar.

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La buena noticia es que se pueden llevar a cabo sencillas acciones que reducen de forma importante el riesgo de desarrollar diversas enfermedades infecciosas en casa.

Consejos

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) recomiendan seguir las siguientes pautas para tener un hogar protegido contra gérmenes:

1. Lavarse las manos con frecuencia.- Mantener las manos limpias garantiza deshacerse de los gérmenes que se pueden haber adquirido de otras personas, de las superficies que se toca y de los animales con los que se tiene contacto.

2. Limpiar y desinfectar las superficies con frecuencia.- Por un lado, la limpieza remueve los gérmenes de las superficies, mientras que desinfectar realmente los destruye.

3. Manipular y preparar alimentos de forma segura.- Cuando se trata de prevenir enfermedades de origen alimentario, hay cuatro pasos simples que se deben poner en práctica: lavarse las manos y limpiar las superficies de la cocina; evitar la contaminación cruzada de alimentos; cocinar los alimentos a las temperaturas adecuadas y refrigerar los alimentos.

4. Vacunarse.- Asegurarse de que todos los miembros de la familia reciban las vacunas sugeridas por los médicos o proveedores de atención médica en el momento adecuado, y mantener registros de todas las vacunas de la familia completa.

5. Tener cuidados de higiene con mascotas.- Mantener sus vacunas en orden, limpiar a diario su hábitat y no permitir que los niños jueguen en los lugares donde las mascotas hacen sus necesidades.

6. Usar antibióticos de manera responsable.- Esta clase de medicamentos solamente deben utilizarse bajo prescripción médica y en las dosis señaladas. La automedicación y su uso irresponsable aumenta de forma importante el riesgo de que las bacterias se hagan resistentes al tratamiento.

 

Vía: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)