Más de 2 millones de personas toman anticoagulantes con regularidad, así lo indica la Agencia de Estados Unidos para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica.

Dichos medicamento se prescriben para ayudar a prevenir los coágulos de sangre. No obstante, pueden ponerte en mayor riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

Por lo anterior, la agencia sugiere lo siguiente:

  1. Siempre toma un anticoagulante según las indicaciones de tu médico.
  2. Nunca omitas una dosis o dupliques una dosis.
  3. Usa una caja organizadora de pastillas todos los días, para que nunca olvides tomar tu medicamento.
  4. Inspecciona tu medicamento para identificar cualquier objeto o agente extraño una vez que lo recojas en la farmacia.
  5. Informa a tu médico sobre todos los otros medicamentos que tomas, en caso de que los medicamentos puedan interferir con la forma en que funciona tu anticoagulante.
  6. Ten en cuenta todos los posibles efectos secundarios e informa cualquier caso a tu médico.

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Recuerda que hay dos tipos principales de anticoagulantes: aquellos que desaceleran el proceso de formación de coágulos en tu cuerpo, como la heparina o la warfarina; y los fármacos antiplaquetarios —como la aspirina—, que previenen que las células sanguíneas llamadas plaquetas se aglomeren para formar un coágulo.

Finalmente y bajo supervisión de tu médico, asegúrate de que estás tomando el suficiente medicamento para prevenir la formación de coágulos, pero no demasiado, para que no te causes un sangrado.

 

Vía: Health Day News / Medline Plus