Las lesiones de rodilla suelen ser comunes entre las personas que practican deporte de forma constante, así como en los adultos mayores. Se trata de problemas de salud que además de resultar dolorosos pueden afectar la calidad de vida si no se tratan de forma adecuada.

Entre las lesiones de rodilla destaca el desgarre o la rotura de menisco. De acuerdo con expertos, cualquier actividad física en la que se gire sobre la rodilla de manera enérgica y brusca, en especial con todo el peso del cuerpo, puede causar esta lesión.

Los meniscos son cartílagos que se localizan en las rodillas y permiten su movimiento natural, hay dos de ellos en cada rodilla en forma de letra ‘C’ que actúan como amortiguadores entre la tibia y el fémur, explicó Edward Laskowski, experto del Centro de Medicina del Deporte de Mayo Clinic.

“Cuando uno de ellos sufre un desgarre, afecta la estabilidad de la rodilla y la actividad cotidiana de la persona, llegando a necesitarse una cirugía como la mejor alternativa de recuperación”, señaló.

Situaciones como frenar y girar repentinamente, o incluso arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado puede en algunas ocasiones causar rotura de meniscos. Mientras que en adultos mayores, los cambios degenerativos de la rodilla pueden contribuir a una rotura de los mismos, indicó el experto.

Conoce más: 3 estiramientos de piernas para evitar lesiones tras la actividad física

Este tipo de lesiones pueden causar síntomas como:

-Un chasquido o ruido seco en la rodilla en el momento de la lesión.

-Dolor en el centro o costado de la rodilla, sobre todo al torcer la rodilla o al agacharse. Comúnmente este síntoma desaparece al cabo de un par de semanas, aunque puede ir y venir durante mucho tiempo si la lesión no recibe el tratamiento adecuado.

-Hinchazón, rigidez y agarrotamiento de la rodilla, que empeora al cabo de los dos o tres primeros días tras sufrir la lesión.

-Reducción de la movilidad en la articulación.

-Sensación de que la rodilla se va a quedar bloqueada o trabada al intentar flexionarla, incluso es posible que esta no pueda extenderse por completo.

-Sensación de que la rodilla cede o falla sin previo aviso.

De acuerdo con Laskowski, descansar, aplicar hielo y tomar algún medicamento (siempre recetado por un médico) algunas veces es suficiente para aliviar el dolor de la rotura de menisco y dar tiempo a la lesión para que cicatrice por sí sola. No obstante, en otros casos se requiere de una intervención quirúrgica para reparar el daño.

Algunas de las recomendaciones para prevenir esta y otras lesiones de rodillas son:

1 Hacer ejercicio con regularidad, incluyendo los de fortalecimiento de los músculos de las piernas, los cuales ayudan a estabilizar y a proteger la rodilla.

2 Hacer siempre sesiones de calentamiento y estiramiento antes y después de practicar deporte o cualquier actividad física intensa donde las piernas estén involucradas.

3 Proporcionar a los músculos el tiempo de descanso y de recuperación suficiente.

4 Utilizar el calzado adecuado para practicar un deporte.

5 Aprender y utilizar las técnicas adecuadas para el deporte que se practica.

6 De haber sufrido anteriormente otro tipo de lesión en la rodilla, usar rodilleras o un vendaje elástico.

 

Vía: Kid’s Health, Notimex