El acné se forma cuando los folículos pilosos se bloquean debido a la piel muerta y a la producción de aceite. Es en ese momento cuando las bacterias comienzan a crecer y a irritar la piel.

Las espinillas suelen aparecer en la cara, pero también pueden manifestarse en la espalda, el pecho, el cuello y los brazos.

Por lo anterior, la Academia Americanan de Médicos de Familia nos menciona los siguientes detonantes comunes para el acné:

  1. Cambios hormonales durante la pubertad, antes del ciclo menstrual de una mujer o durante el embarazo.
  2. Ciertos medicamentos.
  3. Cosméticos, especialmente productos a base de aceite, loción bronceadora y productos para el cabello.
  4. Estrés.
  5. Apretar, exprimir o arrancar los granos existentes.
  6. Tallar tu piel con demasiada dureza (como cuando te bañas, te quitas maquillaje, etc.).

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Recuerda que el acné es un trastorno de la piel que ocasiona la aparición de comedones, puntos negros o granos, y suele surgir en la cara, la frente, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros. El acné es más frecuente en los adolescentes, aunque afecta a personas de todas las edades.

Existen tratamientos efectivos, pero el acné puede ser persistente. Los granos y erupciones suelen sanar lentamente, y cuando unos empiezan a desaparecer, otros comienzan a aflorar.

Según su gravedad, el acné puede causar angustia emocional y dejar cicatrices en la piel. Por ello, cuanto antes inicies un tratamiento, menor será tu riesgo de padecer dichos problemas.

Acude con un dermatólogo para que evalúe tu situación; y si el acné persiste o es grave, solo dicho especialista podrá prescribirte el tratamiento más adecuado para ti.

 

Vía: Health Day News / Clínica Mayo