A los niños les encanta jugar, correr, nadar y explorar, especialmente durante el verano. Pero es ahí cuando papá y mamá deben vigilarlos para ayudarlos a protegerse de las enfermedades relacionadas con el calor.

Por ello, la Academia Americana de Pediatría recomienda:

  1. Cuando haya altos niveles de calor o humedad, disminuye la intensidad del juego de tu niño(a).
  2. Restringe el juego al aire libre hasta que tu hijo(a) se haya ajustado a un clima más cálido.
  3. Anima a tu niño(a) a beber agua antes de jugar en exteriores. A continuación, programa descansos para que beba agua cada 20 minutos.
  4. Viste a tu hijo(a) con ropa ligera y de color claro que absorba el sudor.
  5. Si notas signos de aturdimiento, mareos o náuseas, lleva a tu hijo a un área más fresca inmediatamente. Y si los síntomas persisten, acude con un médico.

Recuerda que en verano hay que tener cuidado con el golpe de calor, que es la alteración más grave de la regulación térmica. Se trata de una respuesta del cuerpo a una pérdida excesiva de agua y sal contenidas en el sudor. Las causas del golpe de calor se deben a una exposición excesiva al sol, así como por no estar adecuadamente hidratado o protegido con lociones apropiadas. Los bebés y niños pequeños, junto con las personas de la tercera edad, se encuentran en mayor riesgo de un golpe de calor, al igual que las personas que deben trabajar durante esta época expuestas al sol, quienes padecen de diabetes, insuficiencia cardíaca o hipertensión, y las personas con obesidad y problemas de alcohol.

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Algunos de los síntomas más comunes de este padecimiento, que afectan a los bebés y niños, incluyen:

  • Irritabilidad e incomodidad
  • Piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho y axilas
  • Calambres musculares
  • Agotamiento, cansancio y debilidad
  • Mareos, náuseas y vómitos
  • Dolor de cabeza
  • Desmayos o pérdida de consciencia
  • Deshidratación

 

Vía: Health Day News / Guía Infantil