Las discusiones son una parte natural de la vida familiar, pero las batallas constantes y recurrentes pueden ser agotadoras.

Por ello, la Academia Americana de Pediatría sugiere cómo mantener las disputas domésticas al mínimo:

1. Escoge tus batallas

Evalúa qué problemas realmente necesitan convertirse en una fuente de disputa. Es decir, cuando surja la posibilidad de un problema, decide si realmente vale la pena o no discutir por ella.

2. Permite que tu hijo gane una discusión a veces

Esto muestra una voluntad de negociar y aceptar que podrías estar equivocado(a). Por ejemplo, en el caso de las discusiones con un hijo o hija adolescente, necesitas hacer algo más que escuchar su punto de vista; cuando trate de persuadirte, ten la disposición de decir: “Me convenciste. Lo haremos a tu manera”.

3. Establece límites claros para las discusiones

Mientras las discusiones permanezcan dentro de ciertos límites, siempre funcionarán como una forma aceptable y productiva de comunicación. Esto significa que pueden continuar mientras estén bajo control, sean respetuosas y lleven a una solución.

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4. Investiga la causa de los conflictos recurrentes

Si los conflictos sobre algunos asuntos en particular vuelven a aparecer una y otra vez, analiza las causas fundamentales. Piensa detenidamente por qué tú y tu hijo están discutiendo sobre estos asuntos y trata de tomar alguna acción correctiva.

5. Da un buen ejemplo al tener relaciones sólidas con tu cónyuge, amigos y familiares

Los niños aprenden a manejar los desacuerdos al ver el ejemplo de sus padres. ¿Con cuánta facilidad tú y tu pareja tienen “buenas» discusiones, que terminan en una reconciliación exitosa? O bien, ¿se quedan enojados o evitan las peleas por completo? Tus hijos por lo general seguirán tu ejemplo.

Lo que nunca debes olvidar

Recuerda que las discusiones entre tú y tus hijos son inevitables en la vida familiar. Si tu familia nunca discute, probablemente significa que están evitando los problemas. Para que se conviertan en adultos productivos, los niños necesitan tener la capacidad de expresar sus opiniones; aún si no están de acuerdo con la tuya y sentir que los tomas en serio.

Aún así, debes mantener el impacto negativo de las discusiones en su nivel más bajo.

 

Vía: Health Day News / healthychildren.org