Diversas situaciones provocan que actualmente mudarse con frecuencia sea algo común en la mayoría de las familias. Sin embargo, esta inestabilidad de vivienda puede repercutir negativamente en la salud integral de los niños, encontró una reciente investigación.

Cuando las familias se enfrentan a varios tipos de inestabilidad de vivienda, incluyendo el hecho de mudarse con frecuencia, las mamás tienen un riesgo más alto de padecer depresión y los niños son más propensos a tener una salud entre “regular” y “mala”, indicó la doctora Megan Sandel, investigadora principal del estudio y pediatra en el Centro Médico de Boston, en Estados Unidos.

Tener un hogar estable es un fundamento de la prosperidad”, indicó la especialista. Es bien conocido que la calidad de la vivienda (incluyendo las condiciones físicas de un hogar o un vecindario) marca una diferencia en la salud integral de los niños, agregó.

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El estrés al que se enfrentan los padres se trasmite a sus hijos. También, los padres que estén pasando dificultades para conseguir que su familia tenga un hogar podrían estar menos presentes, por ejemplo”, descuidando la salud de los pequeños, explicó Sandel.

¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a enfrentar estos cambios?

Los especialistas recomiendan llevar a cabo acciones como:

1. Hablarles con la verdad.- Los niños tienen que saber lo que realmente pasa, no se les puede mentir. Hay que decirles que tendrán que cambiar de hogar y los motivos por los que sucederá dicho cambio.

2. No trasmitirles incertidumbre.- Es aconsejable darles la información cuando esté todo confirmado, es decir, cuando se sepa dónde vivirán y en qué condiciones. Un niño no está preparado para manejar la incertidumbre de la misma forma que los adultos.

3. Intentar restablecer rutinas habituales lo antes posible.- Es conveniente informar a los niños todo lo que harán en el destino: qué horarios va a manejar la familia, qué actividades se van a realizar en el lugar de destino y, en medida de los posible, llevar a cabo los mismos hábitos para que el pequeño no resienta de golpe el cambio.

4. Favorecer un clima de confianza y de diálogo.- Permitir que puedan expresar sus inquietudes y emociones.

5. Resaltar lo positivo.- Buscar las cosas buenas que se encuentran en el nuevo hogar y transmitírselas. Esto puede ser una inyección de ánimo para superar el cambio.

 

Vía: Health Day News, Guía Infantil