La mayoría de las quemaduras leves se pueden cuidar en casa sin requerir un viaje a la sala de urgencias.

Cada año, más de 500,000 personas buscan ayuda para quemaduras menores en el hogar, así lo señala el Instituto Nacional de Salud (NIH) de EE.UU.

La gravedad de una quemadura depende del área que cubre y de la profundidad del daño. Las quemaduras de primer grado afectan solo la delgada capa superior de la piel. Las quemaduras de segundo grado afectan, además, la gruesa capa inferior de la piel. Una quemadura de tercer grado es la más grave; penetra en toda la profundidad de la piel, destruyéndola de forma permanente y el tejido que está debajo.

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Consulta a un médico si la quemadura es de color rojo oscuro, se ve brillante y con ampollas. Estos son signos de una quemadura de segundo grado. Debes recibir tratamiento de inmediato si la piel está seca y correosa, con parches blancos, marrones o negros. Estos son signos de quemaduras de tercer grado.

Para tratar quemaduras leves, el NIH sugiere:

  1. Sumerge el área en agua fría y fresca o aplica una compresa fría por 10 minutos.
  2. Seca el área con un paño limpio y cubre con una gasa estéril o un vendaje no adhesivo.
  3. No apliques mantequilla, pues podrías desencadenar una infección.
  4. No rompas ni explotes las ampollas.
  5. Los analgésicos de venta libre se pueden usar para ayudar a reducir la inflamación y el dolor.

 

Vía: Health Day News