Existen muchos tipos de piel, influenciados por factores alimenticios, ambientales o genéticos. Si bien hay en el mercado diversas opciones para promover una buena salud cutánea, es importante entender que cada producto responde a un problema en concreto.

Toma en cuenta los siguientes consejos y toma la mejor decisión.

1. Problemas de acné o grasa. El acné es un trastorno de la piel que surge cuando los folículos pilosos son obstruidos por grasa y células muertas. Consejo: Puedes recurrir al ácido salicílico, ya sea en forma de almohadillas, cremas, lociones o geles. Éste se encarga de reducir la hinchazón y el enrojecimiento; además abre los poros, evitando la obstrucción de la piel que favorece la aparición de acné.

2. Envejecimiento de la piel. Las señales más comunes que indican que este proceso ya comenzó son las líneas o arrugas, además de la pérdida de volumen y elasticidad de la piel. Consejo: Las cremas derivadas de la vitamina A (como el retinol) han mostrado efectos antienvejecimiento, al mejorar el mantenimiento de la epidermis y dermis.

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3. Piel seca. En estos casos, la piel suele encontrarse tensa, pálida y agrietada. Los motivos van desde una mala hidratación, un ambiente seco, no lavarse las manos con frecuencia o sufrir alteraciones en la piel. Consejo: Expertos recomiendan utilizar ácidos alfa hidroxi, capaces de estimular la producción de colágeno y elastina. También puedes utilizar miel.

4. Piel mixta. Este caso surge por alteraciones en la susceptibilidad de la piel, dependiendo las zonas del rostro. Las áreas con mayor presencia grasa suelen ser:  frente, nariz y mentón, lo que se conoce como zona T. El resto de la piel puede variar entre un estado normal o seco. Consejo: Una opción es el ácido hialurónico, el cual puede hidratar la piel y suavizar las líneas más finas, sin llegar a una sensación grasa.

5. Hiperpigmentación. Esto sucede cuando ciertas áreas de nuestra piel tienen una sobreproducción de melanina. Consejo: Puedes recurrir a la hidroquinona, una especie de polvo que reduce la cantidad de melanocitos. Otra opción es el aceite de árbol de té en forma de crema, limpiador o aceite esencial.

Antes de utilizar cualquier producto de farmacia, consulta a un especialista en el tema.

 

Vía: Hola Doctor