El invierno es una temporada difícil para la nariz, y las personas con trastornos hemorrágicos son quienes más la sufren.

En esta época, las frías temperaturas exteriores suelen mezclarse com las cálidas interiores, una combinación hecha a la medida para secar las vías respiratorias. Si a esto le sumamos los resfriados y las narices tapadas debidas a los virus del resfriado y la gripe, las hemorragias nasales se vuelven más frecuentes.

«La principal causa de las hemorragias nasales de invierno es la baja humedad, tanto en el aire exterior frío como en el aire interior caliente, lo que puede provocar que las delicadas fosas nasales que recubren las membranas se sequen y se agrieten», así lo indica la revista Consumer Reports. «Entonces, todo lo que se necesita es toser, estornudar, una uña afilada o sonarse la nariz para romper los pequeños vasos sanguíneos que están justo debajo de la superficie».

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Por ello, la Fundación Nacional de la Hemofilia de Estados Unidos brinda algunas sugerencias para prevenir las hemorragias nasales:

  1. Usa un humidificador en tu habitación para ayudar a humectar el aire y la membrana nasal mientras duermes.
  2. Usa un aerosol de solución salina nasal o un gel soluble en agua para el interior de la nariz.
  3. Si tienes un resfriado, límpiate la nariz suavemente en lugar de hacerlo con expulsiones fuertes.
  4. No hurgues en tu nariz y no te la rasques.
  5. Si ya tuviste una hemorragia nasal, evita realizar actividades vigorosas como correr para que no vuelvas a sangrar. Otras actividades también pueden hacer que tu nariz sangre nuevamente, como sumergirte en una piscina, inclinarte durante un período prolongado o comer comida picante.

 

Vía: Health Day News