Algunas personas pueden asociar al hecho de viajar con una tarea estresante, que requiere ahorrar por mucho tiempo, planificar todos los aspectos del viaje y con múltiples horas de traslado. Sin embargo, se trata de una experiencia que aporta diversos beneficios a la salud integral.

De acuerdo con expertos, el simple hecho de viajar -independientemente de la distancia y de si es solo o en compañía- y conocer un nuevo lugar ya es benéfico para la salud mental.

Conoce más: Los beneficios a la salud de tener un “hobby” y cómo elegir el adecuado

Asimismo, otros de los principales beneficios que esta actividad tiene en las personas que viajan a lugares nuevos con frecuencia es:

1 Aumenta la creatividad.- Está comprobado que pasar demasiado tiempo sin romper la ruina diaria puede afectar la capacidad de ser creativos. Viajar puede convertirse en una excelente terapia para que las habilidades creativas se potencien. Esto se debe a que, durante los viajes, las personas están más abiertas a conocer y vivir experiencias nuevas.

2 Brinda felicidad.- Durante los viajes se pueden experimentar una cantidad de emociones diferentes, pero la más común es la felicidad. Un estudio realizado por la Universidad de Breda, en Holanda, encontró que las personas que viajan experimentan un aumento en la sensación de felicidad desde el momento en que planean el viaje. Esto ocurre porque, desde que se toma la decisión y se planea la salida, el sistema inmunológico se dispone a liberar endorfinas, que son las encargadas de tener un estado emocional óptimo.

3 Mejora las habilidades cognitivas.- Según estudios, las personas que viajan suelen recopilar grandes experiencias y amplían sus conocimientos de cultura general. Estas vivencias pueden optimizar los procesos cognitivos, mejorando las capacidades de aprendizaje.

4 Mejora la salud cardíaca.- Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sedentarismo es ya uno de los principales factores de riesgo de mortalidad al ser responsable del desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Para evitarlo, viajar podría ser una solución viable, pues las personas que viajan tienden a ser menos propensos a sufrir de enfermedades cardiacas ya que suelen hacer más ejercicio, manteniendo la sangre en constante movimiento. Las largas caminatas para conocer museos, calles, ciudades, pueblos o espacios naturales, así como nadar en el mar o piscinas, son actividades físicas que mejoran el ritmo cardíaco.

5 Reduce el estrés.- Un reciente estudio estadounidense encontró que las personas que viajan al menos dos veces al año son menos propensas a sufrir de depresión y estrés, en comparación con quienes no salen de viaje. Durante los viajes, las personas suelen olvidarse de sus problemas cotidianos y el ajetreo diario, reduciendo los niveles de cortisol, que es la sustancia química responsable del estrés.

 

Vía: El País