Nos encontramos en una época donde parece que vivimos a máxima velocidad. Donde aparentemente no hay tiempo ni de pararse un poco para respirar. Es en este contexto donde aparece el denominado agotamiento laboral.

De acuerdo con especialistas, se trata de un conjunto de sensaciones negativas, entre las que destacan el cansancio, la ambigüedad, el estrés, escepticismo y la sobrecarga. Aspectos que, lamentablemente, se han convertido en una parte cotidiana de la vida laboral.

Para muchas personas que lo padecen, parece imposible lograr una relación armónica entre el trabajo y la vida personal, hecho que termina por perjudicar directamente su salud integral.

“Creo que la mayoría de nosotros queremos hacer un buen trabajo sin importar cuál sea, y también queremos ser felices haciéndolo. [En cambio], simplemente hemos aceptado la sobrecarga como una manera de vivir”, indicó Emma Seppala, directora de Ciencias del Centro de Investigación y Estudio de la Compasión y el Altruismo en la Universidad de Stanford, Estados Unidos.

Biológicamente no estamos hechos para permanecer en estado de estrés intenso todo el tiempo. Nos perdimos en la idea de que la única manera de ser productivo es estar pendiente todo el tiempo”, expuso la experta.

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Aunque es algo complicado identificar el síndrome de agotamiento laboral, algunas señales que indican su presencia son:

-Sentirse emocionalmente drenado y con malestar mental.

-Tener náuseas.

-Ser incapaz de dormir.

-Lidiar constantemente con enfermedades leves, como resfriados.

-Sentir que tus colegas o jefes te aíslan, sentirte constantemente menospreciado o marginado por ellos.

-Sentir que no estás haciendo tu mejor esfuerzo personalmente, o que de manera regular trabajas sin entusiasmo.

De acuerdo con un estudio realizado por Christina Maslach, profesora emérita de Psicología de la Universidad de California, Estados Unidos, si se cree que se está sufriendo de agotamiento laboral, o si cualquiera de los síntomas anteriores suenan familiares, hay algunas cosas que se pueden hacer desde ahora:

1 Practicar la respiración enfocada, que puede intervenir en el sistema nervioso para ayudar a reducir o controlar el estrés.

2 Realizar pausas frecuentes, de preferencia de 5 minutos cada 20 minutos transcurridos en una misma actividad o sentado en tu escritorio.

3 Utilizar sillas y escritorios ergonómicos, como un mueble que te permita trabajar sentado o parado, o incluso tener una pequeña planta en tu oficina.

4 Buscar un mentor de confianza con quien puedas hablar y crear otras estrategias para lidiar con problemas relacionados con el trabajo.

5 Conseguirse un pasatiempo ajeno al trabajo que sirva como relajación. El ejercicio regular u otras actividades físicas pueden funcionar de maravilla.

6 Considerar tomarte un descanso para recuperarte.

 

Vía: The New York Times