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El ejercicio puede ayudar a prevenir muchas enfermedades crónicas y facilitar el manejo de aquellas que ya se manifestaron, desde la diabetes hasta el dolor articular.

En términos de prevención, adhiérete a los 150 minutos de ejercicio recomendados, como caminar a paso ligero o andar en bicicleta, cada semana. Además de llevar una dieta saludable, esto puede reducir tu riesgo de diabetes en más de un tercio, así como aumentar tu nivel de colesterol bueno. El ejercicio también reduce el peso corporal, la presión arterial y los triglicéridos, reduciendo así los factores de riesgo clave para la enfermedad cardíaca.

Si ya estás lidiando con una enfermedad crónica, el ejercicio puede mejorar los síntomas y reducir la cantidad de medicamento que debes tomar. También permite desarrollar los músculos, lo que te ayudará a moverte con más facilidad y reducirá tu estrés, el cual puede agravar muchas condiciones de salud. El dolor de espalda y la artritis mejoran con un plan de estiramiento y de ejercicio adecuados. Si tienes diabetes, el ejercicio puede mejorar el control del azúcar en sangre.

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Por ello, te mencionamos 5 excelentes ejercicios para las siguientes enfermedades crónicas:

  1. Enfermedad cardíaca: el ejercicio aeróbico regular, y en particular el entrenamiento de intervalo, son saludables para el corazón, lo que aumenta la capacidad cardiovascular.
  2. Dolor de espalda: los ejercicios centrales fortalecen los músculos alrededor de la columna vertebral, creando un mejor soporte para la columna.
  3. Artritis: el ejercicio mejora los músculos que sostienen las articulaciones, facilitando el movimiento; también alivia la rigidez.
  4. Diabetes: el ejercicio te ayuda a usar la insulina de manera más efectiva y a disminuir tu nivel de azúcar en sangre.
  5. Asma: el ejercicio puede ayudar a controlar los ataques.

Si estás controlando una enfermedad y no has estado activo(a), habla con tu médico sobre qué ejercicios son seguros, qué precauciones tomar, qué tipo de malestar es normal y cuáles son los síntomas que debes detener, como mareos, falta de aliento o dolor en el pecho.

Trabajar con tu médico es especialmente importante cuando tienes diabetes. Debido a que el ejercicio puede afectar el nivel de azúcar sanguínea, deberás tomar precauciones para evitar que dicho nivel baje demasiado durante los entrenamientos.

En términos de intensidad, comienza despacio, eso significa que deberías poder hablar, pero no cantar, mientras haces ejercicio.

 

Vía: Health Day News