Cuando se trata de trabajar pierna y glúteo, las sentadillas son el ejercicio ideal. No sólo contribuyen a la tonificación de la musculatura, sobre todo en piernas, abdomen y glúteos, también ayudan a quemar grasa y a trabajar por completo la movilidad y el equilibrio del cuerpo.

Es importante aprender y seguir una serie de recomendaciones básicas antes de incorporar este ejercicio al plan de entrenamiento. Si se realizan de forma errónea, es posible que no se activen los músculos a la intensidad necesaria, pudiendo incrementar el riesgo de lesiones y suponiendo una «tensión adicional para los ligamentos y las articulaciones», de acuerdo con expertos de Runtastic.

¿Cuáles son los errores que debes evitar?

  1. Levantar los talones. «Hacer sentadillas con las puntas de los pies puede estresar los tobillos y aumentar el riesgo de sufrir una lesión de rodilla». Se recomienda empujar sobre los talones para mantenerlos en el suelo.
  2. Adelantar el cuerpo más allá de los dedos de los pies. Es importante tratar de bajar como si fueras a sentarte en una silla. «Los tobillos se mantendrán rectos y podrás ver los dedos de los pies».
  3. Perder la estabilidad de las rodillas. Se recomienda mantener los dedos de los pies siempre hacia delante y las rodillas directamente sobre los tobillos. «Si las rodillas no permanecen estables, puede ser porque las caderas o los glúteos necesitan fortalecerse».
  4. Tener la espalda desalineada. Lo ideal es tener la espalda perfectamente alineada y en una correcta posición para evitar que quede redondeada y provoque lesiones.
  5. Elegir una posición incómoda. «Si no sabes bien qué es lo que más te conviene, coloca los pies a la anchura de los hombros, contrae los músculos abdominales y mira hacia delante» sin curvar la espalda, explican en Runtastic.

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«Echa la parte trasera hacia atrás a medida que bajas y siente cómo el peso pasa a tus talones», detallan. Si sientes que las rodillas se curvan, intenta colocarlas hacia afuera y que las rótulas miren hacia la misma dirección que los dedos del pie.

Para evitar que se curve la espalda, mira recto y relaja los hombros. «Coloca las manos frente a ti y si ves que bajan hacia las rodillas a medida que realizas la sentadilla, significa que tu espalda se está doblando».

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Vía: 20 minutos.es