Los gurús meteorológicos definen generalmente una ola de calor como un período de varios días donde se registran 10 grados o más por encima de la temperatura promedio, a menudo acompañados de una concentración elevada de humedad.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), las olas de calor son algunos de los riesgos naturales más peligrosos que tienen un impacto significativo en la sociedad, contribuyendo a un aumento de la mortalidad y morbilidad y ejerciendo una carga sobre recursos como el agua, la energía y el transporte.

Por lo anterior, la Cruz Roja Americana hace hincapié en que las personas que habitan áreas propensas a las olas de calor deben planificar con anticipación, especialmente si tienen bebés o ancianos bajo su cuidado.

Esto es lo que sugiere la organización:

  1. Presta atención a las previsiones meteorológicas locales.
  2. Quédate en un lugar con aire acondicionado. Si no hay aire acondicionado disponible en casa, procura tener una lista con el nombre y ubicación de las áreas o centros más cercanos donde la temperatura es más fría o fresca.
  3. Crea un kit de emergencia, en caso de que haya un corte de energía.
  4. Nunca dejes a nadie, ni a una mascota, en un coche caliente, incluso con las ventanas abiertas.
  5. Asegúrate de que las mascotas tengan suficiente agua, comida y un lugar fresco y sombreado para alojarse.

Conoce más: 10 consejos para prevenir un golpe de calor

Cómo afecta a la salud una ola de calor

Recuerda que cuando el clima alcanza temperaturas muy extremas (tanto por frío como por calor), el mecanismo termorregulador del cuerpo se ve superado y aparecen una serie de signos y síntomas característicos. Esto ocurre fundamentalmente en niños, ancianos y en personas con alguna enfermedad subyacente. También pueden presentarse en personas que toman varios medicamentos como anticolinérgicos, antiparkinsonianos o diuréticos, y a veces en adultos sanos si se exceden en la exposición ambiental.

Cuando ocurre una ola de calor, los trastornos que se producen debido a las altas temperaturas se deben al fracaso de los mecanismos fisiológicos que mantienen la temperatura corporal ante una sobrecarga de calor interna o ambiental. La gravedad de dichos trastornos va desde los leves como los calambres, el agotamiento y el síncope (aporte insuficiente de sangre, oxígeno o glucosa al cerebro), hasta la forma más grave, que es el golpe de calor (el organismo pierde el control de la temperatura corporal que sube por encima de los 40.5ºC, provocando daño en las estructuras celulares y en el sistema termorregulador, con un alto riesgo de muerte).

A fin de prevenir estas consecuencias, sigue los consejos que te mencionamos. Si tú o los tuyos sufren de alguno de estos signos, acudan con un médico a la brevedad.

 

Vía: Health Day News / GeoSalud / OMS