Se dice que el acné es consecuencia de la piel sucia, pero no es así. La actividad excesiva de las glándulas sebáceas en la piel, así como la acumulación de las células muertas, pueden llegar a provocar que los poros se inflamen.

De igual forma, el factor genético y la edad juegan un papel importante, pues durante la pubertad las hormonas suelen estimular las glándulas sebáceas, aumentando el riesgo de problemas cutáneos.

Si notas que tu hijo podría padecer acné, o ya lo padece de forma leve, te recomendamos darle los siguientes consejos.

  • Mantén limpia tu piel. Esto ayuda a quitar el exceso de grasa y las células muertas, mismas que pueden bloquear los poros. Considera que la limpieza excesiva puede causar daños, como resequedad o irritación.
  • Lava tu cara después de hacer ejercicio. Para evitar que el sudor bloquee los poros y empeore el acné, mantén la piel limpia bajo cualquier circunstancia.
  • Si utilizas productos para la piel, como lociones o maquillaje, elige aquellos que sean no comedogénicos o no acnegénicos, es decir, aquellos que no bloquean los poros.
  • Asegúrate de aplicar los productos para el cabello lo más lejos posible de la cara. Muchos de esos productos contienen aceites que pueden empeorar el acné.
  • Si tienes acné en el pecho o la espalda, evita la ropa ajustada, debido a que el roce constante podría causar irritación.

Recuerda que tocar la piel e intentar apretar los abscesos sólo causará consecuencias negativas, como mayor hinchazón y enrojecimiento. En caso de tomar un tratamiento prescrito, es importante terminarlo para evitar nuevos brotes.

Por último, presta atención a tu alimentación, e incorpora a tu dieta muchos productos naturales con vitaminas y minerales.

 

Vía: Kids Health