Dormir durante el embarazo no es cosa fácil, ya sea por cambios hormonales, disminución de la presión arterial o actividades pesadas que propicien la incomodidad y las molestias.
Además, una serie de síntomas pueden afectar el sueño, como las náuseas y vómitos, micción frecuente, ansiedad, dolor de espalda, movimiento fetal, calambres en las piernas, dificultad para respirar y acidez.
En este contexto, adoptar una buena posición es fundamental para minimizar las dificultades durante el sueño. Aquí algunas recomendaciones.
- Duerme del lado izquierdo. Algunas investigaciones sugieren que acostarse sobre este lado puede ayudar a mejorar el flujo sanguíneo del bebé, así como el tuyo. Trata de mantener una o ambas rodillas dobladas.
- Utiliza almohadas. Para evitar molestias, considera el uso de almohadas o cojines. Colócalas entre las rodillas —dobladas—, debajo del abdomen y la espalda.
- Eleva tu cabeza. Mantener la cabeza elevada puede prevenir o disminuir la acidez estomacal y los ronquidos.
Además de adoptar estos hábitos al dormir, puedes tomar otras medidas para manejar los trastornos del sueño, por ejemplo:
- Adopta una rutina de sueño. Intenta ir a la cama y levantarte a la misma hora. Si necesitas más horas de sueño, toma una siesta temprano.
- Hidrátate. Bebe muchos líquidos durante el día y reduce la cantidad durante la noche para evitar la micción frecuente.
- Consume alimentos saludables. Opta por una dieta balanceada —rica en vitaminas— para mejorar tus niveles de energía y mantener estable tu ganancia de peso. Para prevenir la acidez estomacal, ingiere comidas pequeñas y evita los alimentos fritos, ácidos y picantes.
- Practica técnicas de relajación. Para reducir la tensión puedes hacer técnicas de respiración.
- Crea un ambiente propicio. Un lugar oscuro, tranquilo y fresco puede ayudar a estimular el sueño.
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Si los problemas de sueño continúan, te aconsejamos acudir con un médico. No tomes medicamentos sin prescripción.
Vía: Mayo clinic