Si eres más propenso(a) a desarrollar un padecimiento grastrointestinal (ya sea por tus hábitos, rutina diaria, estrés, etc.) tener cuidado de lo que comes no impedirá por completo que de vez en cuando sufras dolores (calambres) intestinales —mejor conocidos como cólicos o retortijones—, pero es un hecho que cuidar tu dieta suele ayudar de forma significativa, sobre todo porque tales dolores pueden actuar como antesala de enfermedad inflamatoria del intestino (IBD, por sus siglas en inglés).

Ante ello, la Fundación de Crohn y Colitis de América sugiere:

1. Opta por comidas más pequeñas y más frecuentes.
2. Limita los alimentos fritos y grasientos.
3. Restringe los productos lácteos.
4. Reduce los alimentos ricos en fibra, como nueces, palomitas de maíz, semillas y maíz.

La IBD (que no es lo mismo que el síndrome de colon irritable o IBS [por sus siglas en inglés]) puede causar problemas más graves que únicamente diarrea y dolor. En los adolescentes que la padecen, por ejemplo, es capaz de retardar la pubertad o provocar problemas de desarrollo, ya que puede dificultar que el menor asimile los nutrientes de los alimentos que ingiere.

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El término enfermedad inflamatoria del intestino es una denominación general para aquellas enfermedades que ocasionan inflamación crónica de los intestinos. Los dos tipos principales de IBD son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Si tienes diarrea, calambres estomacales y otros síntomas que te generan dudas sobre tu digestión, es probable que quieras recibir más información respecto al aparato digestivo y la IBD, y acerca de otras enfermedades digestivas. Consulta a tu médico a la brevedad y a un gastroenterólogo para resolver todas tus dudas y para que evalúe tu condición.

 

Vía: Health Library / Kids Health