Los aceites de cocina saludables para el corazón, como son el aceite de oliva, de nogal o de aguacate, pueden ayudarte a preparar comidas nutritivas. Sin embargo, debes tener cuidado al momento de almacenarlos.

Por ello, la Clínica Cleveland recomienda lo siguiente:

  1. La exposición a la luz o al calor a lo largo del tiempo puede afectar el sabor de un aceite. Así que guárdalo en un lugar fresco y oscuro.
  2. Si tu aceite comienza a perder un poco el sabor, tíralo y mejor compra una botella nueva.
  3. Los aceites de semilla de uva y de nuez deben almacenarse en el refrigerador. Esto porque rápidamente pueden volverse rancios.
  4. Es seguro almacenar la mayoría de los aceites en el refrigerador. Aunque puede que luzcan demasiado espesos o con cierto grado de nubosidad, dicho efecto desaparece una vez que el aceite alcanza la temperatura ambiente.

Es importante que sepas que cuando fríes o cocinas a altas temperaturas (a unos 180 grados Celsius), se produce un cambio en las estructuras moleculares de los aceites (y grasas) que se utilizan. En sí, pasan por un proceso llamado oxidación, mediante el cual reaccionan con el oxígeno del aire para formar aldehídos y peróxidos lípidos. A temperatura ambiente sucede algo similar, pero mucho más despacio. Cabe mencionar que cuando los lípidos se ponen rancios también se oxidan.

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Los expertos señalan que consumir o inhalar aldehídos, incluso en pequeñas cantidades, ha sido asociado con un mayor riesgo de enfermedades del corazón y de cáncer.

Los aceites ricos en grasas polinsaturadas, el aceite de maíz o el aceite de girasol, generan niveles muy altos de aldehídos, a diferencia de los aceites que te mencionamos anteriormente, que generan menos. De ahí la importancia de que los almacenes adecuadamente, para que no pierdan sus propiedades beneficiosas para la salud y puedas seguir cocinando con ellos de forma correcta y segura.

 

Vía: Health Day News / BBC Mundo