La disfunción eréctil (DE) es uno de los problemas de salud más comunes que enfrentan los hombres mayores, particularmente aquellos con enfermedades cardiovasculares y diabetes. Se estima que entre el 50% y el 70% de los hombres de 50 a 70 años de edad experimentan DE leve a moderada.

La disfunción eréctil se define como la dificultad para lograr o mantener una erección. Generalmente es causada por una combinación de problemas físicos y emocionales. La DE dificulta las relaciones sexuales, lo que puede disminuir el deseo y la atracción sexual, aumentar la ansiedad y la depresión y afectar la relación de un hombre con su pareja.

Los medicamentos para este problema son una solución estándar para la mayoría de los hombres, pero tienen sus desventajas, que incluyen posibles efectos secundarios y dependencia excesiva a los mismos. Por ello, las píldoras no tienen por qué ser la primera o única opción.

«En muchos casos, realizar cambios en el estilo de vida pueden ralentizar el progreso de la disfunción eréctil y ayudar a controlarla, por lo que es posible que no requieras medicamentos para la DE o tengas que depender tanto de ellos», aseguró el doctor Marc Garnick, profesor de oncología médica y cáncer urológico en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, afiliado a la Universidad de Harvard.

Lo que debes hacer

Siempre debes controlar tu función sexual para detectar cualquier cambio, sin importar cuán insignificante sea. Por ejemplo, ¿puedes tener una erección, pero no tener relaciones sexuales a plenitud? ¿Tus erecciones tardan más o son inconsistentes?

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Consulta a tu médico de atención primaria si los síntomas se vuelven más frecuentes o graves. Además de confirmar tu condición, tu médico también puede buscar otros problemas de salud que puedan causar disfunción eréctil.

Si se confirma la disfunción eréctil, habla con tu médico sobre las opciones de tratamiento, incluyendo cambios en el estilo de vida. «Estos pueden tener un impacto inmediato y duradero en el manejo de la disfunción eréctil y, a menudo, deberían ser el primer curso de acción antes de probar la medicación», enfatizó Garnick. A continuación te mencionamos algunas estrategias recomendadas por el experto, que han demostrado ser eficaces:

1. Haz más ejercicio aeróbico

Un análisis de la revista Sexual Medicine de junio de 2018 encontró que, en promedio, 40 minutos de actividad aeróbica de moderada a vigorosa, cuatro veces a la semana durante seis meses, pueden mejorar la disfunción eréctil. El tipo de ejercicio no importaba siempre que se alcanzara la intensidad adecuada; los ejemplos incluyen trotar, nadar, andar en bicicleta, entrenamiento de resistencia tipo circuito y caminar a paso ligero. Hay muchas formas de aumentar la cantidad de ejercicio. Si no puede ir a un gimnasio, YMCA o centro comunitario para hacer clases de entrenamiento aeróbico y de fuerza, puede hacer ejercicios similares en línea en casa.

2. Intenta realizar ejercicios de Kegel

Los ejercicios de Kegel fortalecen los músculos del piso pélvico y algunas investigaciones sugieren que pueden ayudar con la disfunción eréctil al aumentar el flujo sanguíneo hacia el pene. Un Kegel se realiza contrayendo los músculos que usarías para detener el flujo de orina o para contener los gases. Una rutina típica consiste en múltiples ejercicios de Kegel con cantidades de tiempo establecidas para mantener la contracción muscular y descansar entre repeticiones. El número de repeticiones puede variar de 10 a 100 contracciones. Puede aprender a realizar ejercicios de Kegel en www.health.harvard.edu/kegels.

3. Cuida tu cintura

Un estudio de 2015 encontró que los hombres que clínicamente padecen obesidad poseen un riesgo 40% mayor de desarrollar disfunción eréctil. Asimismo, si tienes sobrepeso, se ha demostrado que bajar entre un 5% y un 10% de tu peso mejora la función sexual.

4. Cambia tu dieta

Varios estudios han encontrado que los beneficios para la salud de una dieta mediterránea también se extienden a la disfunción eréctil.

 

Vía: Harvard Medical School