El teléfono celular es un avance tecnológico que parece haber llegado para quedarse. Desde su aparición en el mercado, los celulares cada vez más se han convertido en un dispositivo presente en la vida de millones de personas.

En este contexto, el hecho de que los niños y adolescentes cuenten con un celular se ha convertido en algo completamente común. A pesar de que muchos padres están en contra de que sus hijos abusen en el uso del celular, por otra parte aseguran sentirse más seguros de que cuenten con este dispositivo, pues de esta manera pueden localizarlos fácilmente.

“No he trabajado con ningún padre que no permita a sus hijos adolescentes tener acceso a un teléfono. Parece que todos los padres aprecian que los teléfonos permiten que los adolescentes contacten con ellos fácilmente si hay algún problema”, compartió Denise Berotti Tuckruskye, psicóloga clínica en el Instituto de Discapacidades del Desarrollo de Ronkonkoma, en Nueva York, Estados Unidos.

“Los medios sociales y celulares son una parte regular de la vida cotidiana de los adolescentes y una parte importante de su desarrollo individual y social”, señaló por su parte Jenna Glover, directora de entrenamiento en psicología en el Hospital Pediátrico de Colorado, Estados Unidos.

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La importancia de que los niños y adolescentes cuenten con un celular propio parece no ser tema de debate entre los padres de familia. Sin embargo, ¿cómo pueden lograr que su uso no afecte negativamente la vida de sus hijos? Las expertas recomiendan algunos consejos:

1 Remarcar la importancia de que su uso sea moderado. Se debe enfatizar a los hijos -sobre todo a los más pequeños- que el uso del celular debe limitarse a emergencias, a realizar llamadas o enviar textos necesarios, principalmente cuando se encuentren en la escuela.

2 Poner horarios para su uso. “Algunas familias con las que trabajo restringen el uso del teléfono hasta que el hijo ha terminado la tarea”, apuntó Berotti Tuckruskye. Otra opción es el llamado ‘entrenamiento a intervalos’, el cual consiste en que los adolescentes pasen 30 minutos haciendo la tarea sin ninguna interrupción y luego 30 minutos en los que se les permite mirar sus teléfonos.

3 Prohibir su uso antes de ir a la cama. “La mayoría de los niños como mínimo deben entregar sus teléfonos antes de acostarse para evitar la pérdida de sueño”, señaló Berotti Tuckruskye. Según diversos estudios, existe una evidencia fuerte y consistente de que el acceso o el uso de estos dispositivos durante la noche afecta la calidad del sueño.

Lo que más importa es si el uso de las pantallas provoca problemas en las otras áreas de la vida o si se ha vuelto una actividad que consume todo el tiempo”, planteó Sarah Domoff, profesora asistente de psicología en la Universidad Central de Michigan, en Estados Unidos.

Los padres deben asegurarse de que el uso del celular no interfiera en las actividades cotidianas de sus hijos, no provoque conflictos familiares ni se convierta en la única actividad que los adolescentes parecen disfrutar.

Para conseguirlo, las expertas recomendaron a los padres siempre tener un diálogo abierto y continuo sobre los peligros del uso excesivo de los teléfonos celulares con sus hijos.

 

Vía: Health Day News