La presión arterial elevada y el colesterol alto son factores de riesgo conocidos de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, pero no está claro quién realmente necesita de los medicamentos que ayudan a controlar estas condiciones.
De acuerdo con un nuevo informe publicado en la revista Consumer Reports, los pacientes deben tomar en cuenta una serie de factores al momento de decidir si toman estos medicamentos. Cabe señalar que ante todo debes de acudir con tu médico y seguir las recomendaciones que te indique, ya que él o ella siempre conocerán cuál es tu situación particular y qué medicinas son las mejores para ti. Pero también es importante que le pongas atención a dichos factores, y te los mencionamos a continuación:
1. Evalúa tu riesgo
Todas las personas mayores de 40 años deben estar conscientes de que, a partir de esta década, poseen 10 años de riesgo de ataque cardíaco o accidente cerebrovascular. Idealmente, dicho riesgo debería ser inferior al 7.5 por ciento. No obstante, Consumer Reports recomienda usar una calculadora desarrollada por el Colegio Americano de Cardiología y la Sociedad Americana del Corazón para determinar tu riesgo.
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2. No te apresures a medicarte
Algunos cambios en tu estilo de vida pueden ser suficientes para manejar niveles ligeramente elevados de presión arterial y de colesterol. Según el reporte, el ejercicio sólo puede mejorar significativamente la presión sanguínea.
3. Obtén la medicina adecuada
Si tu médico determina que necesitas medicamentos, elige la opción más segura disponible. Los diuréticos, o píldoras de agua, pueden controlar eficazmente la presión arterial alta. Este medicamento también puede utilizarse junto con otro fármaco, como puede ser un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) o un bloqueador de los canales de calcio. Las dosis bajas de estatinas, como la lovastatina, la pravastatina o la simvastatina, también pueden ayudar a prevenir los primeros ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares, subrayaron los autores de la revisión. El medicamento más seguro a usar forzosamente debe ser prescrito por tu médico, ya que sólo él o ella sabrán a la perfección cuál es el indicado para ti tras examinar tu caso.
