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Con la crisis que actualmente se vive por la pandemia de COVID-19, tener un conflicto ya sea en tu casa o con un compañero de trabajo se ha vuelto todavía más común. Cuando se trata de resolver un conflicto, es común que un individuo o grupo de personas intenten corregir las percepciones de otra persona o grupo, de convencerlos y explicarles por qué ellos tienen la razón y por qué los otros se equivocan. Sin embargo, este enfoque para resolver conflictos suele fallar y a menudo empeora las cosas.

Por ello, aquí te dejamos tres estrategias efectivas para la resolución de conflictos en estos tiempos de crisis, las cuales te funcionarán la próxima vez que sientas la necesidad de discutir con alguien para convencerlo(a) de que tienes la razón:

1. Reconoce que todos tenemos percepciones distintas

En un conflicto, ambas partes suelen pensar que tienen la razón y que la otra se equivoca debido a que no pueden ver las cosas desde una perspectiva diferente a la suya. La noción de lo que sería una resolución justa para un conflicto está viciada por el egoísmo, que impide apreciar la situación desde el punto de vista de la otra persona, así lo avalan las investigaciones de los profesores Linda Babcock, George Lowenstein y sus colegas de la Universidad Carnegie-Mellon, en Pensilvania (Estados Unidos).

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2. Evita las amenazas y provocaciones

Cuando sentimos que nos ignoran o nos están pasando por alto, es normal intentar llamar la atención de la otra parte con amenazas o provocaciones, como por ejemplo decir que llevaremos una disputa al tribunal o que trataremos de arruinar la reputación de la otra persona, pero esto es algo que debes evitar siempre si de verdad deseas resolver el problema en cuestión.

3. Deja atrás la mentalidad de «nosotros contra ellos»

En las relaciones familiares o de amigos se desarrollan tanto lealtad como lazos fuertes, pero también puede promoverse la desconfianza y la hostilidad hacia otros miembros de dichos grupos. Esto propicia que las personas en conflicto tengan una comprensión incorrecta de las posturas de los otros y consideren que tales posturas son más radicales de lo que realmente son. Así que mejor primero ponte en su lugar, escúchalos y que después te escuchen, siempre con cortesía, empatía y amabilidad de ambas partes, para poner las cartas sobre la mesa y llegar a una resolución conjunta y de común acuerdo.

 

Vía: Aldea Digital Iztapalapa