Correr es una de las actividades físicas que más popularidad ha ganado durante los últimos años. Esto se debe a que es relativamente fácil comenzar a practicarla, y a que ofrece grandes beneficios a la salud integral cuando se realiza de forma frecuente.

No obstante, su práctica no está exenta de algunas dolencias. Es común que algunos corredores, ya sea novatos o experimentados, lleguen a sentir alguna clase de dolor.

Esta clase de malestares pueden aparecer durante un entrenamiento, al finalizarlo o bien después de participar en una competición.

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Si bien algunas de estas dolencias son comunes, debido a que correr es una actividad física exigente, no todas las molestias deben ser tomadas de la misma forma por los corredores.

Dolencias que requieren consulta con el médico

Hay unos cuantos malestares al correr que pueden llegar a ser un signo de alerta de que algo no va del todo bien con nuestra salud.

Dichas señales pueden anunciar la presencia de un potencial problema de salud, por lo que no deben ser ignoradas o pasadas por alto. Requieren que el corredor acuda con un médico para su revisión.

Entre estas dolencias se encuentran:

1. Dolor en el pecho y falta de aire.- Esta clase de dolencias suelen ser señales de alerta ante posibles problemas con la salud cardíaca, por lo que nunca deben ser ignoradas.

2. Fatiga extrema.- Aunque es común llegar a sentirse fatigado al correr o finalizar un entrenamiento, no es común sentir fatiga al empezar a correr, o cuando han pasado pocos minutos desde que se dio inicio a una actividad física. Sentirse fatigado de forma prematura puede indicar que la preparación física aún no es suficiente o que algo no va bien con otro aspecto de la salud.

3. Fuerte dolor en articulaciones.- Sentir algo de dolor leve en las articulaciones o en los isquiotibiales, cuadríceps y pantorrillas suele ser común, en especial cuando las dolencias aparecen al final de una carrera larga o al término de un entrenamiento. Sin embargo, sentir un dolor agudo en articulaciones como la rodilla, el tobillo o la cadera, es una señal suficiente para dejar de correr, pues se trata de zonas de alto riesgo.

Es fundamental que cuando una persona se percate de alguna de estas señales al correr, o después, acuda con un médico, para encontrar cuál es la causa del malestar y combatirla.

 

Vía: Runner’s World