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Seguramente alguna vez habrás oído sobre los analgésicos opiáceos. Se trata de medicamentos que imitan la actividad de las endorfinas (la llamada hormona de la felicidad), que son unas sustancias que produce el cuerpo para controlar el dolor.

Estos medicamentos se consiguen solamente mediante una receta médica y su uso está muy controlado. ¿Por qué?

Esto se debe a su alto grado de dependencia y adicción. Aunque muchas personas recurren a ellos para aliviar dolores crónicos, su uso ha conducido a una epidemia de adicción en Estados Unidos.

De acuerdo con datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de dicho país (CDC, por sus siglas en inglés), cada día se pierden 40 vidas por sobredosis de analgésicos opiáceos recetados.

Por ello, estos medicamentos deben ser vistos por los médicos como un último recurso ante el dolor crónico. Los pacientes y los médicos deben trabajar juntos para asegurar que el dolor sea tratado de forma correcta, al mismo tiempo que se gestiona su riesgo de adicción y sobredosis, señalan los expertos.

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Los CDC recomiendan un máximo de tres días para los analgésicos opiáceos recetados para los pacientes. “El motivo es que la dependencia comienza en un plazo de tres días. Hay indicios claros de esto. Si se dan opiáceos a las personas durante más de tres días, se les pone en riesgo de dependencia”, señaló la doctora Anita Gupta, anestesióloga y especialista del dolor, y vicepresidenta de abuso de recetas y opiáceos de la Sociedad Americana de Anestesiólogos (ASA, por sus siglas en inglés).

La ASA recomienda que tanto pacientes como doctores se hagan tres cuestionamientos antes de recurrir al uso de esta clase de medicamentos:

1 ¿Por qué recetarlos? El médico sabe que los opiáceos son los analgésicos más potentes y más efectivos contra el dolor, pero primero debe tomar en cuenta otras opciones.

2 ¿Durante cuánto tiempo deben ser recetados? Si sigue existiendo dolor tras unos días con un opiáceo, se debe preguntar al médico sobre las alternativas.

3 ¿Su uso afecta la calidad de vida del paciente? Usar opiáceos recetados puede afectar a una persona de muchas formas distintas, lo que incluye cierta confusión mental, estreñimiento grave, náuseas o depresión.

Finalmente, los CDC y la ASA recomiendan probar otras técnicas para tratar el dolor crónico antes de recurrir a los analgésicos opiáceos. Esas opciones incluyen medicamentos de venta libre, la fisioterapia, inyecciones con anestésicos locales, estimulación eléctrica, acupuntura y meditación.

 

Vía: Hola Doctor