Garantizar un adecuado desarrollo mental en los niños es una tarea fundamental que todo padre de familia debe llevar a cabo responsablemente. Gran parte de los cuidados que reciba un menor durante sus primeros años de vida serán determinantes para su salud integral a lo largo de su vida.

Para logarlo, la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna) destaca que el desarrollo adecuado del cerebro de un menor requiere prestar atención a aspectos como una buena nutrición, estimulación, así como seguridad y protección.

Cuidar estos tres aspectos permite garantizar un adecuado desarrollo mental en los pequeños, al tiempo que ayuda a prevenir los problemas de salud mental que hoy aquejan a millones de personas en todo el mundo y que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se incrementan día con día.

Los padres de familia pueden ayudar a sus hijos siguiendo unas sencillas recomendaciones, como por ejemplo:

1. Cuidar su nutrición

La Sipinna subraya que los niños necesitan una adecuada nutrición para alimentar y nutrir el cerebro.

Es particularmente importante que los padres cuiden la alimentación de sus hijos durante los primeros tres años de vida, ya que, según estudios, el 85% del crecimiento del cerebro se produce durante esta etapa.

Los alimentos que se recomiendan para garantizar un óptimo desarrollo mental incluyen verduras de hoja verde, pescados, huevos, leche materna (sobre todo durante el primer año de vida), granos enteros y frutas.

2. Estimulación

La estimulación es clave para incentivar conexiones neuronales en múltiples zonas del cerebro de los pequeños e incrementar su capacidad y funcionalidad.

Esta se puede trabajar leyéndoles en voz alta, pidiéndoles que busquen cosas, jugando con ellos, animándolos a explorar, hablándoles y llevándolos de paseo.

3. Seguridad y protección

Esto se logra garantizando que reciben una adecuada alimentación y cuidados básicos, como una óptima higiene. También se recomienda alejarlos del estrés. Es importante para los niños crecer lejos de ambientes crónicamente estresantes, vulnerables a la violencia, el abuso o la negligencia, ya que esto puede causarles retrasos en su desarrollo y problemas de salud que los acompañarán hasta la edad adulta.