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La arteria retiniana en nuestros ojos transporta sangre rica en oxígeno hacia la retina. Cuando se produce un bloqueo en la arteria principal de esta estructura, o en uno de sus pequeños vasos sanguíneos, sus células sensibles a la luz comienzan a asfixiarse gradualmente por falta de oxígeno. A menos que la circulación normal hacia la retina se pueda restaurar rápidamente, estas células morirán en unos pocos minutos u horas, dependiendo de qué tanto se obstruya el flujo sanguíneo. Esto puede causar una pérdida de visión sustancial o permanente.

En los adultos, existen dos razones principales por las que la arteria de la retina se bloquea: un trombo o un émbolo.

  1. Un trombo (coágulo de sangre): dentro de la arteria retiniana, generalmente se desarrolla un coágulo de sangre en un sitio donde el revestimiento de la arteria ya ha sido dañado por una condición crónica, como presión arterial alta (hipertensión), diabetes o aterosclerosis. La aterosclerosis es un problema cardiovascular común que produce depósitos de colesterol llamados placas a lo largo de las paredes de las arterias, lo que disminuye el flujo sanguíneo.
  2. Un émbolo (coágulo de sangre flotante o restos de coágulo en el torrente sanguíneo): en la arteria retiniana, un émbolo suele ser un pequeño coágulo de sangre o un trozo de placa aterosclerótica que se ha transportado a través del torrente sanguíneo desde el corazón, la aorta o la arteria carótida (en la cuello). Por esta razón, el émbolo a menudo se interpreta como una señal de advertencia de enfermedad cardiovascular en otros lugares, especialmente en la arteria carótida. En raras ocasiones, fragmentos de un tumor de otras partes del cuerpo pueden embolizar.

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Con menos frecuencia, un bloqueo u oclusión de la arteria retiniana puede ser causado por vasculitis (inflamación de la pared de la arteria), traumatismo (un golpe fuerte), anemia de células falciformes, trastornos de la coagulación, tratamientos hormonales o daño por tratamientos de radiación. En general, la oclusión de la arteria retiniana es un problema poco común. Las personas con más probabilidades de verse afectadas son de la tercera edad y tienen antecedentes de enfermedad cardíaca, presión arterial alta o diabetes. En casi todos los casos, solo un ojo se ve afectado. La retinopatía diabética (que es una afección común) se puede considerar como un oclusión de los vasos sanguíneos de la retina. En la retinopatía diabética, los vasos sanguíneos afectados son mucho más pequeños que las arterias involucradas en la oclusión clásica de la arteria retiniana.

Consideraciones importantes

El síntoma habitual de oclusión de la arteria retiniana es una pérdida significativa de la visión que es repentina, indolora y persistente en un ojo. En cerca del 10% de los afectados, esta pérdida de visión es precedida por uno o más episodios de una afección llamada amaurosis fugaz, un episodio temporal de disminución de la visión, que no suele durar más de 10 a 15 minutos, que a veces se describe como «cerrar una cortina» en un ojo.

Por ello, si presentas amaurosis fugaz o pérdida de visión en uno de tus ojos, acude con un médico a la brevedad.

 

Vía: Harvard Medical School