Se conoce como anemia a un trastorno común de la sangre, el cual pueden llegar a desarrollar muchas personas en algún momento de sus vidas.

A pesar de que muchos tipos de anemia -sobre todo los más comunes- son leves y de corta duración, esta afección puede llegar a ser grave si la persona que la padece permanece sin tratamiento durante mucho tiempo.

Se diagnostica anemia cuando el cuerpo no cuenta con la cantidad suficiente de glóbulos rojos sanos. Puede ser posible que se tengan muy pocos glóbulos rojos (por pérdida sanguínea o aumento en su destrucción) o que haya disminuido su producción (principalmente por falta de hierro).

¿Por qué son tan importantes los glóbulos rojos? Porque son los responsables de transportar el oxígeno por todo el cuerpo. Entonces, cuando el número de glóbulos rojos es muy bajo, el cuerpo no obtiene el oxígeno que necesita, lo que provoca cansancio. Otros síntomas de la anemia son:

-Falta de aire

-Mareos

-Dolores de cabeza

-Piel pálida

-Frío en manos y pies

El tipo más común de anemia es aquél producido por la carencia de hierro. Las mujeres de entre 20 y 44 años de edad corren un riesgo mayor de presentar este tipo de anemia debido a la pérdida de sangre por la menstruación.

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Las mujeres que experimentan los síntomas de pereza y fatiga pueden tener una deficiencia de hierro”, apuntó el doctor Harvey Luksenburg, especialista en enfermedades de la sangre en los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés).

La buena noticia es que comúnmente la anemia se puede prevenir y corregir fácilmente consumiendo la cantidad suficiente de hierro. Este mineral se encuentra principalmente en los siguientes alimentos:

1 Carne de res

2 Hígado

3 Carne de aves

4 Pescado

5 Mariscos (en especial los de concha, como ostras, almejas ,mejillones y berberechos)

6 Guisantes

7 Lentejas

8 Frijoles

9 Tofu

10 Espinaca

11 Ciruelas

12 Pasas

13 Cereales y panes fortificados con hierro

 

Vía: National Institutes of Health