En algunas culturas, emplear la mano izquierda es augurio de mala suerte. Desafortunadamente, en pleno siglo XXI, quienes tienen esta proclividad aún son discriminados, de acuerdo con Laila Yunes Nicolau, precursora del concepto zurdo como objeto de investigación.
Actualmente, entre 10 y 13% de la población mundial son zurdos o siniestros —en contraposición al término diestro—; mientras que en México existen 13 millones.
Para la especialista, no ser diestro —usar la mano derecha— es parte de la naturaleza y no debe generar rechazo.
Aunque se trata de un tema tabú que persiste en pleno siglo XXI, es una caracterÃstica consignada desde la antigüedad en diversos personajes, tanto mÃticos como reales, según Yunes.
Lamentablemente, las personas zurdas enfrentan adversidades en su entorno, desde familiares, escolares y de salud, hasta sociales y religiosas; y en ocasiones, si son forzados a ir contra su naturaleza, pueden mermar su autoestima y productividad.
El cerebro tiene dos hemisferios: derecho, que rige los movimientos de su contraparte corporal e interviene en el arte, los sueños, la hipnosis y lo espiritual; e izquierdo, que dirige el costado opuesto y controla habilidades relacionadas con los números, la redacción y el lenguaje.
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Según Yunes Nicolau, hay zurdos en todos los niveles: visual, auditivo, manual e incluso podal —enfocan, escuchan y patean con el lado contrario al empleado por la mayorÃa—.
Para la experta es importante recordar que la Constitución PolÃtica establece en el ArtÃculo 1 que está prohibida toda discriminación por origen étnico o nacional, género, edad, capacidades diferentes, condición social y de salud. Sin embargo, «no podemos quedar plenamente satisfechos con esta norma si no incluye la palabra lateralidad, que determina la preponderancia por el uso del lado fuerte del cuerpo».
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