Los ventiladores mecánicos se han convertido en un símbolo de la pandemia de COVID-19, representando la última y mejor esperanza de supervivencia para las personas que ya no pueden respirar para mantener su vida.

Pero el ventilador también marca un punto crítico en el curso de la COVID-19 de un paciente, y ahora se están planteando preguntas sobre si las máquinas también pueden causar daños.

Muchos de los que usan un ventilador fallecen, y los que sobreviven probablemente enfrentarán problemas respiratorios continuos causados ​​por la máquina o por el daño ocasionado por el virus.

El problema es que cuanto más tiempo las personas estén en ventilación, más probabilidades tendrán de sufrir complicaciones relacionadas con la respiración asistida por máquina.

Sabiendo esto, algunas unidades de cuidados intensivos han comenzado a retrasar la colocación de un paciente con COVID-19 en un ventilador hasta el último momento posible, cuando realmente sea una decisión de vida o muerte, indicó el doctor Udit Chaddha, neumólogo intervencionista en el Hospital Mount Sinai, en Nueva York (Estados Unidos).

«Hubo una tendencia previa en la crisis de que las personas pusieran a los pacientes en ventiladores lo más pronto posible, porque los pacientes se deterioraban muy rápidamente», comentó Chaddha. «Eso es algo que la mayoría de nosotros hemos dejado de hacer».

«Dejamos que estos pacientes toleren un poco más de hipoxia [deficiencia de oxígeno]. Les damos más oxígeno. No los intubamos hasta que realmente estén en dificultad respiratoria», señaló el especialista. «Si hacemos esto correctamente, si colocamos a alguien en el ventilador cuando realmente es necesario y no prematuramente, entonces el ventilador es la mejor y única opción».

Los expertos estiman que entre el 40% y el 50% de los pacientes mueren después de recibir ventilación, independientemente de la enfermedad subyacente, mencionó Chaddha.

Es demasiado pronto para decir si esto es mayor con los pacientes con COVID-19, aunque algunas regiones como Nueva York informan que hasta el 80% de las personas infectadas con el virus mueren después de recibir ventilación.

Estos pacientes críticamente enfermos mueren porque están tan deteriorados por el COVID-19 que requieren un ventilador para mantenerse con vida, no porque el ventilador los dañe fatalmente, subrayó Hassan Khouli, presidente de medicina de cuidados críticos en la Clínica Cleveland.

«Creo que en su mayor parte no se relaciona con el ventilador», apuntó Khouli. «Se mueren en el ventilador y no necesariamente mueren por estar en la máquina».

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Efectos secundarios del ventilador mecánico

Sin embargo, los ventiladores mecánicos causan una amplia gama de efectos secundarios. Tales complicaciones, combinadas con el daño pulmonar por COVID-19, pueden hacer que la recuperación sea un proceso largo y arduo, advirtieron Chaddha y Khouli.

Los ventiladores mecánicos empujan el aire hacia los pulmones de pacientes demasiado enfermos. Estos deben ser sedados y tener un tubo incrustado en su garganta.

Debido a que una máquina está respirando por ellos, los pacientes a menudo experimentan un debilitamiento de su diafragma y de todos los demás músculos involucrados en la respiración, refirió Chaddha.

«Cuando todos estos músculos se debilitan, te resulta más difícil respirar por tu cuenta cuando estás listo para liberarte del ventilador», puntualizó.

Estos pacientes también corren el riesgo de sufrir una lesión pulmonar aguda asociada al ventilador, una afección causada por la sobreinflación de los pulmones durante la ventilación mecánica, dijo Khouli.

Los médicos tienen que calcular con precisión la cantidad de aire que se introduce en los pulmones de una persona con cada respiración mecánica, teniendo en cuenta el hecho de que una gran parte del pulmón podría estar llena de líquido e incapaz de inflarse. «La cantidad de volumen que necesita entregar generalmente sería menor», dijo Khouli.

«Si la configuración no se maneja correctamente, puede causar un trauma adicional en los pulmones», dijo Khouli.

Los pacientes ventilados también tienen un mayor riesgo de infección, y muchos corren el riesgo de complicaciones psicológicas, advirtió Chaddha. Una cuarta parte desarrolla trastorno de estrés postraumático, y hasta la mitad podría sufrir una depresión posterior.

«No es algo benigno», enfatizó Chaddha. «Hay muchos efectos secundarios. Y cuanto más tiempo estén en un ventilador, más probable es que ocurran estas complicaciones».

Es por eso que las UCI se están volviendo más cautelosas en el uso de la ventilación, utilizando oxígeno y dilatadores de la respiración, como el óxido nítrico, para mantener a las personas continúen respirando por sí mismas el mayor tiempo posible.

 

Vía: Health Day News